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PSOE y Podemos blindan la unión del Gobierno en su primera semana

El candidato a la Presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al secretario general de Unidas Podemos, Pablo Iglesias.

El Gobierno de España ha tenido que enfrentarse en su primera semana de vida a varias polémicas, pero las discrepancias que ha podido haber en los dos miembros de la coalición, PSOE y Unidas Podemos, no han salido de las paredes del Palacio de La Moncloa. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y el vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030, Pablo Iglesias, han blindado una imagen de unidad con una base consolidada para mantener el Ejecutivo de cara a sus votantes, a la oposición, a Europa y a los propios ministros en una legislatura, la XIV, especialmente bronca y crispada.

La designación de Dolores Delgado como fiscal general del Estado levantó todo tipo de críticas del entorno político y judicial. Incluso Iglesias, que llegó a pedir la dimisión de la ahora exministra de Justicia por su relación con el excomisario José Villarejo, aseguró que su nombramiento es una buena elección porque "Delgado está completamente capacitada". El "mal estado" en el que Iglesias aseguró que se encuentra la Justicia en España tampoco sorprendió en la sede del Gobierno: inmediatamente, se mandó un comunicado desde Moncloa en el que respetaba "la libertad de expresión" para proteger al vicepresidente segundo.

Unidad en todos los niveles

Es cierto que el primer gobierno de coalición de la democracia reciente de España tan solo lleva siete días en activo y apenas ha dado tiempo a que haya grandes diferencias en el Consejo de Ministros. Sin embargo, miembros del PSOE y Podemos están en permanente contacto a todos los niveles para intentar formar una idea única en el Gobierno. Por ejemplo, Carmen Calvo y Pablo Iglesias trabajan cooperativamente al más alto nivel. El director del Gabinete de Presidencia del Gobierno, Iván Redondo, coordina la comunicación del Ejecutivo con el responsable comunicativo de Podemos, Juanma del Olmo. Y la secretaria de Estado para la agenda 2030 y persona muy cercana a Iglesias, Ione Belarra, sigue repartiendo las competencias con el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Félix Bolaños

Posibles discrepancias

Esta unidad deberá estar muy consolidada de cara a las acutaciones del Gobierno en los próximos meses. Primero, ad extra: de cara a la oposición. Los partidos no dejarán de criticar la actuación del Ejecutivo, y todos sus miembros deben actuar coordinados para que sus declaraciones no contradigan lo defendido por otros ministros.

Y, segundo, ad intra: en las decisiones del Consejo de Ministros. La vicepresidenta de Economía y Transformación Digital, Nadia Calviño, difiere mucho del ideario de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. La derogación de los "aspectos más lesivos" de la Reforma Laboral de 2012 y otras medidas laborales tendrán que contar con el visto bueno de la vicepresidenta tercera, algo que no siempre puede ocurrir. 

La unidad que los dos equipos mantienen hasta el momento será esencial para afrontar todos los retos que el gobierno de coalición tiene por delante. Sánchez e Iglesias tienen 1.400 días por delante para intentar implantar medidas progresistas que devuelvan derechos sociales a la ciudadanía pero, para ello, necesitarán dos cosas: diálogo con todos los partidos y sectores profesionales y unidad. La segunda ya la tienen; la primera está por ver. 

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