El debate sobre la Jefatura del Estado y el propio Felipe VI como Rey de España dibujan en el horizonte un otoño caliente que se suma a la moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la crisis sanitaria del coronavirus. Si la pandemia ha dividido al Congreso de los Diputados en dos bloques, la Corona también lo hará aunque con un reparto diferente de fuerzas. Los partidos abiertamente republicanos, los independentistas y la izquierda radical preparan diferentes iniciativas parlamentarias en torno a las presuntas cuentas fraudulentas de Don Juan Carlos y al actual papel de los Borbones en el país.
ERC, por ejemplo, presentará una iniciativa que se centrará en derogar el artículo del Código Penal que establece como delito "las injurias a la Corona y los ultrajes a España". Podemos apoyará esta medida pero no así el PSOE, cuyos planes difieren de modificar, a corto plazo, cualquier tema relacionado con la Casa Real.
El artículo en cuestión es el 490 y dice lo siguiente: "El que calumniare o injuriare al Rey, a la Reina o a cualquiera de sus ascendientes o descendientes, a la Reina consorte o al consorte de la Reina, al Regente o a algún miembro de la Regencia, o al Príncipe o a la Princesa de Asturias, en el ejercicio de sus funciones o con motivo u ocasión de éstas, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves, y con la de multa de seis a doce meses si no lo son".
Más País ha tramitado preguntas parlamentarias sobre la salida del país de Don Juan Carlos, sobre si llevaba o no escolta y sobre el coste que supone su seguridad en el extranjero. Podemos, como grupo parlamentario, pedirá la comparecencia del propio Felipe VI en las Cortes para explicar dónde está su padre y hasta qué punto conocía las cuentas del que fuera jefe de Estado entre 1978 y 2014.
El PSOE se opondrá a todo lo que afecte a la Corona y se amparará en la negativa del PP y Ciudadanos en la Mesa del Congreso para bloquear dichas iniciativas. Ni estos tres partidos ni Vox quieren siquiera plantear un mínimo debate sobre la Monarquía y, por no hacer, no han criticado al Gobierno por las negociaciones con la Casa Real sobre la salida de Don Juan Carlos y su paradero que, 11 días después de que saliera a la luz la noticia, todavía se desconoce.