El gobierno de coalición que podría salir de la investidura de Pedro Sánchez el próximo 7 de enero sabe que no tendrá las cosas fáciles. Y ejemplo de ello es el nerviosismo que reina en algunos sectores del PSOE, Unidas Podemos y ERC: las tres direcciones de los partidos han pedido a sus parlamentarios que pasen la noche del 6 de enero, previa a la votación, en Madrid para evitar posibles problemas de traslados a la mañana siguiente que impida que Pedro Sánchez tenga más "síes" que "noes" en segunda votación.
“El martes día 7 votaremos a primera hora de la mañana. Por tanto, teniendo en cuenta las dificultades del tráfico madrileño en un día laborable, es preciso que todos y todas pasemos en Madrid la noche del día 6 al día 7. Saludos”. Este es el mensaje que el PSOE ha mandado a los diputados de su grupo parlamentario para evitar posibles ausencias. En esta línea, tanto Unidas Podemos como ERC también han pedido a sus compañeros que duerman en Madrid.
Los movimientos sociales que dijeron durante años que Sí se puede son los verdaderos artífices de este acuerdo. Ahora su presión y su vigilancia será imprescindible para que el nuevo Gobierno realice su misión histórica: convertir ese Sí se puede en políticas reales y concretas. pic.twitter.com/w51N6cYQSt
— Pablo Iglesias (@Pablo_Iglesias_) 4 de enero de 2020
El "tamayazo", el fantasma protagonista de la investidura
Los últimos movimientos que se han vivido de cara a la investidura de Pedro Sánchez han hecho temblar las cuetnas. El sorprendente "no" de la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, y el "no" también del PRC han ajustado los números al máximo: 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones.
Además, el fantasma del "tamayazo" ha revivido en el Congreso de los Diputados. En 2003, la Asamblea de Madrid vivió un transfuguismo de votos en toda regla, cuando el socialista Rafael Simancas no alcanzó la Presidencia de la Comunidad de Madrid por el cambio de voto de dos diptuadods autonómicos de las filas del PSOE.
Un empate, la peor pesadilla de Sánchez
En el caso de que, por la razón que fuera, fallaran dos diputados que estén a favor de la investidura de Pedro Sánchez y se produjera un empate 165-165, los intentos de Sánchez de formar el primer gobierno de coalición se verían frustradas, al menos por el momento. De ahí que se pida a todos los apoyos del líder socialista que duerman en Madrid.