La distancia entre el PSOE y el PP para renovar el Poder Judicial es tan grande que existen pocas esperanzas por ambas partes de retomar las conversaciones para proceder a su renovación. No obstante, el Gobierno rechaza que Felipe VI actúe como interlocutor entre los dos partidos más votados del país para sacar a los órganos constitucionales de la Justicia del bloqueo institucional en el que lleva sumido cuatro años, a pesar de la crisis sin precedentes que vive el país.
Fuentes gubernamentales aseguran a COLUMNA CERO que la carta del Rey como puente de unión entre PSOE y PP es una baza que no contempla el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El líder del Ejecutivo prefiere usar la figura del monarca en política exterior al ser la más alta representación del Estado. No obstante, el artículo 56 de la Constitución reconoce el papel moderador del Rey de España en la política del país, a pesar de su posición neutral como Jefe del Estado: "El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la ma´s alta representacio´n del Estado".
El foco, en el PP
La Moncloa está presionando a Génova 13 para que se sienten de nuevo en la mesa de negociación con el objetivo de renovar el Poder Judicial. No obstante, el PSOE mantiene su compromiso "de legislatura" de rebajar la condena del delito de sedición para equipararla a la de los códigos penales de los países del entorno europeo -mientras que la máxima pena a un condenado por sedición en España es de 15 años, en Italia o en Francia es solo de 6-. "Vivimos una situación anómala y antidemocrática. El Gobierno se mantiene: el cumplimiento de la Constitución no admite chantajes", aseguró la portavoz del Ejecutivo y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez.
Por ello, el Ejecutivo está amagando con rebajar las mayorías en el Congreso de los Diputados y el Senado para poder renovar el Poder Judicial con mayoría simple (más síes que noes) para superar el escollo de los tres quintos de sendas cámaras para proceder a dicha renovación, como ocurre en la actualidad.
El núcleo duro del Gobierno está convencido de que los votantes del PP no están satisfechos con la decisión de su presidente, Alberto Núñez Feijóo. Por lo tanto, rechazan las encuestas de algunos medios de comunicación que recogen que hasta un 80% de los votantes populares rechaza sus pactos con Sánchez. Sus argumentos radican en que el PP es, o debería ser, "un partido de Estado" que vela por el orden, por lo que su electorado no ve bien que Génova 13 esté rompiendo el orden constitucional.