El Gobierno de España ha vivido su segundo gran choque en menos de dos días, esta vez por la ley de libertad sexual que presentará en las próximas semanas el Ministerio de Igualdad de Irene Montero. La nueva legislación que pretende presentar la número dos de la formación morada pretende reformar el Código Penal para revisar las penas por delitos sexuales, eliminar el término “abuso” o incluir como agravante el uso de fármacos para anular la voluntad de la víctima. Sin embargo, esta competencia pertenece al Ministerio de Justicia y a Juan Carlos Campo, que pretende hacer una reforma íntegra de varios artículos e incluir otros acordes a los tiempos que corren, como los relacionados con delitos medioambientales o la del delito de sedición.
La mañana de ayer fue dura para el Ejecutivo: el ministro de Justicia y la de Igualdad mantienen un roce continuo desde hace semanas que desembocó en una reunión informal entre la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; con el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Ambos coincidieron en que “se tiene que solucionar”.
Por lo tanto, el fin del conflicto ha llegado después de que Campo acepte presentar una reforma parcial y particular del Código Penal para presentar la ley de libertad sexual antes del 8 de marzo en el Congreso de los Diputados.
El comunicado que pone fin a la discordia
La Moncloa no tardó mucho tiempo en enviar un comunicado a los medios de comunicación para intentar finalizar el conflicto entre Campo y Montero. "La ley de libertad sexual tiene un consenso total en el Gobierno de coalición. Es un proyecto legislativo ilusionante, que estará listo en los plazos previstos y enviará un mensaje claro de compromiso del Gobierno con la igualdad ante el 8 de Marzo", reza el escrito.
