Varias familias en Afganistán han tomado la desgarradora decisión de vender a sus hijos para evitar pasar hambre. El país asiático se ha sumido en el caos, desde que los talibanes tomaron el control del Gobierno en agosto. Miles de personas han sido desplazadas y muchas han huido de sus hogares en busca de un lugar más seguro.
Con el regreso de los talibanes al poder, el valor de la moneda afgana se desplomó y es común ver a algunos padres en los mercados tratando de deshacerse de sus hijos por unos cientos de dólares; según informó The Times. Estas escenas son comunes en el bazar Jada-e Maiwand en el centro antiguo de Kabul, donde puede verse a algunos padres desesperados intentando vender a sus niños.
De acuerdo a información publicadas por el diario The Times, Mir Nazir, un ex oficial de policía, que perdió su trabajo en la ciudad de Ghazni justo antes de que los talibanes se apoderaran de Afganistán, trasladó a su familia de siete personas a la capital para ver si podían ganar algo de dinero en el bullicioso mercado.
El hombre de 38 años estaba tratando de vender a su hija por casi 800 dólares australianos, sin embargo, un comprador le ofreció solo 320 dólares por la niña de cuatro años. Mir le dijo a un periodista de The Times: "Preferiría morir, antes que quedarme reducido a vender a mi hija. Pero mi propia muerte no salvaría a nadie de mi familia. ¿Quién alimentaría a mis otros hijos? No se trata de elección. Se trata de desesperación”.
Mir agregó, “recibí una oferta del dueño de una tienda, un hombre que conocía y que no tenía hijos. Ofreció 20 afganis (AUD $ 314) para que mi hija Safia viviera con él y comenzara a trabajar en su tienda”.
Si alguna vez consigo los 20 afganis para volver a comprarla, él dijo que lo haría. Pero no puedo vender a mi hija por un precio tan bajo… todavía estamos discutiendo. Ella puede tener un mejor futuro trabajando en una tienda que quedarse conmigo, y el precio puede salvar a mi familia".
Esta es una realidad desgarradora que enfrentan muchos ciudadanos en el país de Asia del sur, y muchos sienten que no tienen a dónde acudir ahora que los talibanes están en el poder. Expertos afirman que se teme que la situación empeore en las próximas semanas y meses, a medida que se agote la ayuda internacional.
Según The Australian, el Banco Mundial suspendió el envío de ayuda a Afganistán a fines del mes pasado y el Fondo Monetario Internacional detuvo el envío de casi 500 millones de dólares estadounidenses al país.
Más de 14 millones de afganos comienzan a padecer de pobreza extrema
La inseguridad alimentaria aguda está afectando a 14 millones de personas en Afganistán quienes carecen de acceso confiable al agua, alimentos y servicios básicos de salud y nutrición. Luego de años de conflicto, la crisis económica se ha agravado tras la toma de poder de los talibanes en agosto.
Hervé Ludovic, representante de la Unicef y Mary-Ellen McGroarty, directora del Programa Mundial de Alimentos, PMA, visitaron recientemente la ciudad de Herat y constataron la fuerte insuficiencia alimentaria que se vive en esta localidad afgana.
Según encuestas del PMA, el 95% de los hogares en Afganistán no consume suficientes alimentos, los adultos comen menos y se saltan las comidas para que sus hijos puedan comer más.
“Tenemos grandes preocupaciones sobre las decisiones desesperadas que las familias se ven obligadas a tomar”; afirmó McGroarty. “A menos que intervengamos ahora, la desnutrición solo se agravará. La comunidad internacional debe liberar los fondos que prometió hace semanas, o el impacto podría ser irreversible”.
