El rey Felipe VI no desaprovechó la última oportunidad que tuvo, el pasado lunes, para que los dos principales partidos del país acerquen posturas y alcancen un acuerdo en torno a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). En la apertura del año judicial 2021-2022, el monarca participó en un corrillo en el que estaba presente el presidente del CGPJ, Carlos Lesmes; el presidente del PP, Pablo Casado; la ministra de Justicia, Pilar Llop, el responsable de Justicia del PP, Enrique López; y el presidente del Senado, Ander Gil, y les aseguró, en un toque de atención dentro de la institucionalidad, lo siguiente: "Lesmes os ha leído la cartilla a todos".
Ni el Rey ni el presidente del órgano de gobierno de los jueces pueden interferir en el poder legislativo o ejecutivo pero, dentro de su papel, pueden advertir de los peligros que puede conllevar prorrogar la situación de un órgano constitucional cuyo mandato expiró hace casi ya tres años. El año pasado, Don Felipe pidió al líder de la oposición y al entonces titular de Justicia, Juan Carlos Campo, que arrimaran posturas, una petición que fue inviable.
Lesmes pide renovar el CGPJ para evitar un "incumplimiento de la legalidad"
Lesmes ha considerado que esta reivindicación de la independencia judicial -a la que se ha referido no como un privilegio de los jueces, sino sobre todo como una garantía de los ciudadanos- es hoy más necesaria que nunca por cuanto la labor de la Justicia se pone en ocasiones en entredicho, especialmente desde algunas instancias políticas, “cuando las decisiones judiciales se contraponen a sus designios, dificultan sus estrategias o, simplemente, no son de su agrado”.
El presidente del TS y del CGPJ ha puesto como ejemplo lo ocurrido cuando, con ocasión del indulto concedido a los condenados en la causa del ‘procés’, se llegó a contraponer, para explicar la medida, la concordia frente al resentimiento, “como si la acción de la Justicia al aplicar la ley a la que todos nos debemos fuese un obstáculo para la convivencia u obedeciera a razones distintas de las previstas en las normas”.
“Nada más alejado de la realidad. La función de los jueces y magistrados, juzgando y haciendo ejecutar lo juzgado, con independencia absoluta de influencias externas o internas, políticas o de cualquier otra índole, no se corresponde en modo alguno con la idea de revancha o con el sentimiento de rencor, pues juzgar es dar a cada uno lo suyo de acuerdo con las leyes, leyes que han sido democráticamente aprobadas y que, por tanto, expresan la voluntad de la mayoría”, ha dicho Lesmes.
El presidente del órgano de gobierno de los jueces ha añadido que la justicia “no es, ni ha sido nunca, un obstáculo para la paz, sino el instrumento fundamental para salvaguardar el orden jurídico y, por ende, la convivencia pacífica entre los ciudadanos” y ha reivindicado la labor de los jueces españoles y muy especialmente del Tribunal Supremo en defensa del orden constitucional y de la democracia.