La Ley de Memoria Democrática comenzará su tramitación parlamentaria en el Congreso de los Diputados después de que el Consejo de Ministros aprobara el anetproyecto de dicha ley. El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, ha asegurado que “conseguimos un país más digno porque atiende más a las víctimas y más humanitario porque no se olvida de los familiares”.
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Rueda de prensa de la portavoz del Gobierno y ministra de @territorialgob, Isabel Rodríguez, y los ministros de @M_Presidencia, Félix Bolaños, y @consumogob, Alberto Garzón, para explicar los acuerdos aprobados en #CMin. https://t.co/zIfI4miUfc
— La Moncloa (@desdelamoncloa) July 20, 2021
Para Bolaños, existen dos objetivos de esta ley: “En primer lugar la recuperación, la salvaguarda y la difusión de los valores democráticos y de los derechos fundamentales, de su historia y de su reivindicación a lo largo de la historia contemporánea”. El segundo objetivo de la ley es el“reconocimiento de todas las víctimas del golpe de estado de julio del 36 y de la posterior dictadura, esta ley es la primera ley que condena el periodo más negro de nuestra historia contemporánea”.
Una ley que para Bolaños pone a las víctimas en el centro de la acción política del gobierno, de manera que se declaran nulas las violaciones de los derechos humanos que se produjeron durante el golpe de estado, la guerra y la posterior dictadura y se consideran ilegítimos, aquellos tribunales de excepción que dictaron sentencias.
La ley busca resignificar el Valle de los Caídos para convertirse en un cementerio civil -por lo que la comunidad de benedictinos tendrá que salir de las inmediaciones tras las negociaciones, ya iniciaadas, entre el Ejecutivo y la Iglesia- y considera víctima del franquismo a los perseguidos "durante la Guerra Civil y durante todo el franquismo". Además, se ilegalizará la Fundación Francisco Franco y se anularán sentencias con motivaciones políticas dictadas durante el régimen. El Estado seguirá haciéndose cargo de las exhumaciones.
Otro de los puntos aprobados en el Consejo de Ministros ha sido la creación de dos días dedicados a las víctimas: el 31 de octubre: día de todas las víctimas de la guerra civil y de la dictadura y el 8 de mayo: el día de las personas exiliadas.
Bolaños ha hecho hincapié en otro de los ejes de esta ley: “Poner el valor a las mujeres que sufrieron la misma represión que el resto de españoles, pero agravada por su condición de mujeres, “esta ley queremos que sea un homenaje para ellas”.
Para concluir Feliz Bolaños ha recordado los cuatro principios fundamentales de que consta esta ley tal y como establecen los organismos internacionales de derechos humanos: “verdad, justicia, reparación y deber de memoria” , “como obligación para no repetir los hechos que ocurrieron”.
Para el ministro, el principio de Verdad se traduce en que el estado es el responsable de ir a buscar a los desaparecidos y represaliados, creándose un banco nacional de ADN para facilitar esa búsqueda. El principio de Justicia garantiza que se estudiaran todas las violaciones de derechos humanos., además ha incidido en la Reparación: histórica y moral, y como último de los principios de esta ley, el Deber de memoria como obligación para que no se repitan esos hecho
Con esta ley se ha conseguido en palabras del ministro, “una ley asimilable al resto de países que han tenido dictadura, seremos un país más humanitario, que no se olvida de los familiares y personas que perdieron la vida luchando por la defensa de los derechos de todos los españoles, es una ley necesaria que nos hace mejores como país”.
En el foco de la polémica
La aprobación de la Ley de Memoria Democrática ha propiciado las críticas de muchas personalidades políticas. Entre ellas al exministro para las Relaciones con las Cortes de Adolfo Suárez Ignacio Camuñas que, en una conferencia del PP moderada por Pablo Casado, aseguró lo siguiente: "Si hay un responsable de la Guerra Civil directamente es el Gobierno de la República. Un golpe de Estado no es lo que ocurrió en 1936. Fue un enfrentamiento brutal entre dos sectores de los españoles y que se saldó con los daños propios de una guerra civil. Creo que es mejor olvidar el pasado y no seguir pretendiendo que la derecha es la culpable del 36, y de la Guerra Civil. Eso es mentira".
Casado solo se limitó a sonreír y a expresar cuando tanto Camuñas como el exministro de la Presidencia Rafael Arias terminó su intervención: "¡Qué lujo de ponencias!".