Un periodista de Georgia ha fallecido tras ser herido el pasado lunes en el desfile del Orgullo de la capital del país, Tiflis, el cual fue cancelado cuando una turba violenta bloqueó el trayecto previsto, agredió a activistas y reporteros y quemó banderas arcoíris. El cámara Alexander Lashkarava fue hallado muerto en su apartamento este domingo, según ha indicado el medio en el que trabajaba, TV Pireli. Tras conocerse la noticia, miles de personas se han concentrado en la capital georgiana y han exigido la dimisión del primer ministro, Irakli Garibashvili, que había culpado al propio colectivo LGTB de los enfrentamientos.
Lashkarava fue trasladado a un hospital con fracturas faciales y fuertes dolores, y fue dado de alta unos días después. Los violentos, identificados con la ultraderecha, atacaron además los tenderetes levantados por la oposición frente a la sede del Parlamento nacional y agredieron a varios periodistas más. Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido, Noruega o Israel han denunciado en un comunicado conjunto de sus embajadas "la falta de condena del Gobierno de Georgia y las autoridades religiosas del país ante esta violencia".
La que iba a ser la primera marcha del Orgullo debía celebrarse el lunes 5 de julio en la capital de Georgia, pero los organizadores anunciaron unas horas antes que se suspendía en medio de una oleada de violencia contra la comunidad LGTB. Un vídeo compartido en las redes sociales muestra a un grupo de hombres escalando un muro y subiendo al balcón de las oficinas de Tbilisi Pride, donde arrancaron un cartel del desfile y lo tiraron al suelo.
This is how @TbilisiPride office looks like inside after the radicals storm it. @usingeo @EUinGeorgia @UNDPGeorgia @LGBTIintergroup @SandAndresen @ColasDiego @MaaikevanKoldam pic.twitter.com/oYZIDDx9Ep
— Tamaz Sozashvili (@TamazSozashvili) July 5, 2021
Tamaz Sozashvili, cofundador de esta ONG, compartió un vídeo en Twitter de sus oficinas saqueadas, destacando la magnitud de la destrucción. "No hay palabras que puedan explicar mis emociones y pensamientos en este momento. Este es mi espacio de trabajo, mi hogar, mi familia hoy. Me he quedado solo frente a la violencia más flagrante", escribió en las redes sociales.
Mariam Kvaratskhelia, activista LGTB y cofundadora del Orgullo de Tiflis, asegura que los organizadores del evento están a salvo, pero añade que al menos diez periodistas resultaron heridos cuando miembros de la extrema derecha y de la Iglesia Ortodoxa de Georgia se desplegaron por la ciudad el lunes.
— Mariam Kvaratskhelia (@mariamikvara) July 5, 2021
El reportero fallecido denunció haber sido golpeado con un palo cuando la violencia se intensificó, mientras que a otros periodistas la turba les rompió sus cámaras y equipos. Un vídeo ampliamente compartido en las redes sociales muestra a un hombre en una 'scooter' conduciendo hacia un grupo de informadores, que se vieron obligados a saltar en el último momento.
Kvaratskhelia, que actualmente reside en el Reino Unido, dice que "sinceramente tiene miedo" de volver a Georgia tras el estallido de violencia del lunes, calificando el país de "infierno" para las personas LGTB.
#TbilisiPride21 ??????? pic.twitter.com/iPYt7Kg6V8
— Tbilisi Pride (@TbilisiPride) July 6, 2021
Historic picture. Us in front of the Parliament of Georgia with 7,000 people ? pic.twitter.com/0P1eMhJmiB
— Tbilisi Pride (@TbilisiPride) July 6, 2021
La homosexualidad es legal en Georgia desde el año 2000, con la edad de consentimiento igual a la de los heterosexuales. Se trata de uno de los pocos estados antiguamente soviéticos que prohíbe directamente la discriminación contra las personas LGTB en la legislación y que considera los delitos cometidos por motivos de orientación sexual un factor agravante en los juicios.
A pesar de esto, la homosexualidad es considerada la mayor desviación por parte de los gerifaltes cristianos ortodoxos, cuya moralidad sigue impregnada en la sociedad. Además, las discusiones públicas sobre sexualidad tienden a ser rechazadas. Debido a ello, gais, lesbianas o transexuales suelen sufrir abusos y violencia psicológica, agresiones a menudo activamente alentadas por los líderes religiosos.