Carla Vigo ya no puede más. Hace unos días, la sobrina díscola de la reina Letizia acabó llorando desconsoladamente durante una emisión en directo en su cuenta de Instagram tras ser acusada por sus 'haters' de ser una "enchufada". En la actualidad, la joven, de 21 años de edad, intenta hacerse un hueco en el mundo de la interpretación y ya ha protagonizado su primer proyecto. La hija de la malograda Érika Ortiz y del escultor Antonio Vigo está harta de los que piensan que todo es más fácil para ella debido a sus vínculos de sangre con la Casa Real española.
De hecho, Carla se va visto obligada a reiterar en más de una ocasión que su vida no ha sido un camino de rosas y que, ecónomicamente, depende de sí misma. "La gente se cree que levanto el teléfono y consigo las cosas, y no es así", dijo recientemente en una de sus escasas aparaciones públicas. Ahora, le llueven las críticas en redes sociales a raíz de su debut como actriz en un corto publicitario para la firma Ship&Company, un hecho que no ha pasado desapercibido para sus detractores, que no dejan de insinuar que Vigo se beneficia de un supuesto "enchufismo", nunca demostrado, gracias a su relación de parentesco con la Familia Real.
Así las cosas, este jueves, la única hija de la menor de las hermanas de la consorte del Rey de España decidió convocar a sus seguidores a una retransmisión en directo por Instagram para intentar disipar dudas y zanjar de una vez por todas las murmuraciones que tanto le atormentan sobre las presuntas facilidades que le proporciona ser familiar de la Reina. Pero la iniciativa terminó como el rosario de la aurora. En un principio, la chica trató de hacer caso omiso a los comentarios de los 'haters' en relación a sus tíos Felipe y Letizia y a sus primas Leonor y Sofía. No obstante, los mensajes fueron subiendo de tono hasta que, finalmente, Carla Vigo rompió a llorar.
Ya el pasado mes de abril, en otro directo que se desarrolló en términos similares, sobrepasada por las circunstancias y con lágrimas en los ojos, la joven explotó. "Yo es que ya no sé cómo decir las cosas. Por favor, que se os meta en la cabeza: yo no tengo la vida resuelta. ¿Sabéis cuánto me ha costado hacer un anuncio? Años de ir a castings, y que ni siquiera me llamasen", explicaba visiblemente superada por la situación. "Si ahora me está yendo mejor es porque me lo estoy trabajando. Pero, ¿qué pasa? Que como no se ve, no existe. Las cosas no van así", argumentó para defenderse.
Es más, Carla siempre ha señalado que el ser sobrina de doña Letizia tiene una "parte oscura" y apenas privilegios. "Y, aparte, ¿qué hay de malo en tener facilidades? Mientras luego yo demuestre lo que valgo, no creo que tenga nada de malo", declaró en otra ocasión Vigo, muy cansada del acoso y el aluvión de reproches injustos que soporta a diario en redes y que nunca ha entendido por qué su persona es objeto de polémica.
La madrugada del 7 de febrero del año 2007, Érika Ortiz Rocasolano se quitó la vida a los 31 años de edad. A la mañana siguiente, fue hallada muerta en su domicilio del madrileño barrio de Valdebernardo, el mismo piso en donde residió su hermana mayor hasta su compromiso con el aún príncipe Felipe. La fallecida, que vivía con Carla, que entonces tenía tan solo seis años, estaba en tratamiento con pastillas por estrés y ansiedad.