El rey Felipe VI presidió la inauguración de la exposición “Azaña: intelectual y estadista. A los 80 años de su fallecimiento en el exilio”, organizada por la Biblioteca Nacional de España, la Secretaria de Estado de Memoria Democrática y por Acción Cultural Española.
Don Felipe inauguró en la Biblioteca Nacional de España esta exposición que pretende proporcionar una imagen completa de Manuel Azaña, en su triple dimensión: humana, intelectual y política, subrayando, además de su labor como ministro, jefe del gobierno y presidente de la república, su condición de intelectual de prestigio, así como las duras condiciones de su exilio, que concluyó con su fallecimiento en la ciudad francesa de Montauban, donde su recuerdo sigue presente ochenta años después.
Su Majestad el Rey estuvo acompañado por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo; la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet; el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez; la presidenta del Real Patronato de la Biblioteca Nacional de España, Soledad Puértolas; el presidente de Acción Cultural de España, José Andrés Torres; la directora de la Biblioteca Nacional de España, Ana Santos; y la sobrina-nieta de Manuel Azaña, María José Navarro, entre otras autoridades y personalidades.
La Biblioteca Nacional destaca que la exposición sigue una secuencia cronológica de la vida de Manuel Azaña que permite entender su trayectoria en diferentes periodos: su infancia y juventud en Alcalá, su posterior desarrollo en Madrid, la exposición se adentra en tres etapas cruciales de la historia de España: la Segunda República, la Guerra Civil y el Exilio. En la muestra se exhiben unas doscientas obras procedentes tanto de la Biblioteca Nacional de España como de otras instituciones españolas y extranjeras. Para esta conmemoración se han rescatado fotografías y vídeos, muy poco conocidos, que permiten acercarse no sólo a la figura y a la obra de Azaña, sino también a la memoria de su tiempo.
Manuel Azaña es una de las figuras más relevantes de la historia contemporánea de España, tan admirada como vilipendiada, según la Biblioteca Nacional. Fue uno de los defensores de la causa aliada durante la Gran Guerra. Tuvo un papel destacado en el Ateneo de Madrid, del que fue Secretario y Presidente. Colaboró en diferentes periódicos, dirigió la revista España y fundó La Pluma. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1926 por un trabajo sobre Juan Valera y fue un notable traductor del inglés y del francés.
En su dimensión política, Azaña es uno de los principales promotores de la llegada de la República en abril de 1931. Los grandes debates del periodo cuentan con su destacada, y a veces controvertida, intervención: el Estatuto de Cataluña, la Reforma Agraria, la cuestión religiosa o el voto de la mujer. No en vano, se identificó a la República con Azaña y a Azaña con la República y se le culpó del desenlace de la Guerra Civil, cuando no de su mismo comienzo.