Haití, país de América Insular, registró una elevada pobreza extrema en el año 2019, reflejada en el bajo poder adquisitivo de los trabajadores, quienes devengan menos de dos euros mensuales. La política implementada por su presidente, Jovenel Moïse, ha recibido varias manifestaciones de rechazo de parte de los haitianos, quienes han solicitado su renuncia, debido a las precarias condiciones de vida en esta nación caribeña.
Como parte de la ayuda internacional dirigida a esta nación, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, reconoció al cierre de año pasado la insuficiencia alimentaria de Haití, por lo cual extendió su programa de asistencia a 700 mil ciudadanos.
El Gobierno de Haití, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, WFP, y la FAO realizaron estudios socio-económicos durante el 2019 en la población Haití y reconocieron que uno de cada tres ciudadanos necesita asistencia alimentaria, lo que representa 3,7 millones de personas. Las problemáticas relacionadas con la insuficiencia alimenticia trae consigo innumerables problemas, especialmente en los sectores poblacionales más vulnerables, como los niños, adolescentes, mujeres embarazadas, enfermos, discapacitados y ancianos; esto no significa que la población de adultos pueda llegar a padecer los efectos nocivos, a largo plazo, de la falta de alimentos nutritivos.
Los efectos del cambio climático también impactaron a la economía haitiana
Bajo este panorama, Haití es considerado como el país más pobre de América Latina, cuyas debilidades económicas se combinan con inundaciones, que dejan grandes pérdidas en los cultivos, deslaves, destrucciones de carreteras, casas, sistemas de alumbrado eléctrico y en las instalaciones de servicio de agua.
Las debilidades de esta nación caribeña se acrecientan ante las intensas lluvias y las grandes caídas de agua, básicamente porque la infraestructura general del país no tiene un gran desarrollo, las edificaciones son de baja calidad y existen pocos centros hospitalarios, que garanticen servicios de salud eficientes.
Otros factores reflejan las precarias condiciones de subsistencia de Haití, entre ellas el aumento de los precios, la depreciación de la moneda nacional y el descenso de la producción de rubros agrícolas, lo cual genera severas distorsiones en la economía del país y afecta negativamente el presupuesto familias, dejando a los trabajadores sin capacidad de ahorro.
Planes de desarrollo sostenible podrían ayudar a la recuperación económica de Haití
Las propuestas de Gobierno, de la WFP y de la FAO consisten en invertir durante este año en soluciones sostenibles, apoyo a la agricultura local, como principal mecanismo nacional que ayudará a mejorar la grave problemática que genera la insuficiencia alimentaria.