El gigante automovilístico ha aceptado los tres cargos de los que se les acusa por trucar los motores en sus coches diésel para evitar los límites a las emisiones. Así pues, ha llegado a un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, y pagará una multa de 4.300 millones de dólares en compensación por dichos cargos. Por su parte, hay seis ejecutivos imputados, miembros de la dirección, por ocultar deliberadamente el fraude a reguladores, inversores, y por supuesto, sus consumidores.
Los tres cargos por los que deberán pagar dicha multa son el de conspiración para violar la Clean Air Act (‘Ley de Aire Limpio’, ley federal estadounidense diseñada para controlar la contaminación del aire a nivel nacional), por obstrucción a la justicia y por falsedad.
Por dichos cargos, el abogado de la compañía alemana presentó este viernes la declaración formal de culpabilidad ante un juzgado de Detroit y desde la compañía se han comprometido también según el documento, a realizar sus operaciones bajo supervisión durante tres años, para demostrar su correcto funcionamiento. En la declaración, también se comprometen a invertir en el desarrollo de coches eléctricos para resarcirse de los grandes niveles de contaminación provocados en su momento.
Más de 600 vehículos afectados
Este caso afectó a un total de 600 vehículos sólo en Estados Unidos. Casi todos sus usuarios fueron resarcidos del problema por parte de la compañía con un desembolso de 17.500 millones. Aunque aún quedan casos pendientes de resolución por parte de los dueños de algunos de estos vehículos que decidieron emprender acciones legales a través de la vía civil.
Fue ya en 2015, cuando la compañía declaró haber instalado un dispositivo electrónico en 11 millones de vehículos de todo el mundo para detectar los controles de emisiones contaminantes a las que eran sometidos los vehículos.
Por el momento, y desde que estalló el escándalo, Volkswagen tiene prohibida la venta de este tipo de vehículos con motor diesel. Y aunque al principio intentó parar el escándalo, el daño a la imagen dejó a la empresa muy tocada y decidieron no luchar por dicho mercado, el cuál habían conseguido dominar en muy poco tiempo.