Rocío Carrasco rompió el silencio el pasado 13 de mayo. En entrevista concedida a la revista Hola, comentó lo feliz que se encuentra viviendo la cuarentena junto a su actual esposo, Fidel Albiac. Sin embargo, durante toda la entrevista no emitió ningún comentario sobre sus hijos, ni directa o indirectamente.
Eso generó una lluvia de comentarios en su contra en las redes sociales. “Ella no es una madre. Lo único que hizo fue parir”, comento una usuaria de Facebook indignada. “No importa lo que pasó, a una hija se le perdona”, clamó otra usuaria.
Sin embargo, es bueno recordar que el pasado 20 de febrero, el portal Vaniatis dio a conocer la sentencia que narra los hechos acontecidos el día en que todo saltó por los aires entre ambas, el fatídico 27 de julio de 2012. Mucho se especuló en TV. Mucha tinta corrió en la prensa del corazón, hasta que ese día se conoció la verdad. Los hechos fueron tan increíbles que, quienes hicieron el papel de detractores de Rocío Carrasco, ahora tenían información, emitida desde los juzgados, para entender la posición que dignamente asumió de la hija de “la más grande”.
Extracto de los hechos probados de la sentencia del Juzgado de Menores número 4 de Madrid 44/2013.
“Sobre las 8:00 h del día 27 de julio de 2012, encontrándose la menor en el domicilio familiar junto a su madre, la pareja de esta y su hermano, inició una disputa con aquella en el transcurso de la cual le propinó varios golpes, llegando incluso a tirarla al suelo, para posteriormente seguir golpeándola, dándole varias patadas. Como consecuencia de los hechos, Rocío Carrasco sufrió policontusiones con equimosis en la región frontal derecha, con edema en ambas muñecas, en muslo derecho, en el antepié derecho y un hematoma en el segundo dedo del pie derecho, para cuya curación únicamente precisó de una primera asistencia facultativa y de las que tardó en sanar ocho días, uno de los cuales estuvo impedida para el ejercicio de sus ocupaciones habituales”.
El año 2012 fue también el año que tuvo lugar la lucha por la custodia de los hijos del matrimonio Flores Carrasco. Ambos hijos se fueron a vivir con su padre Antonio David Flores. Desde ese momento, la relación de Rocío Carrasco con sus hijos ha sido nula, y la matriz de opinión que se creó hacia la hija de “la más grande” fue que ella era la villana de la película. Hasta que apareció la sentencia.
Llamados a la reconciliación.
Personas cercanas a la familia Flores Carrasco, como el diestro José Ortega Cano, afirmaron también querer acercarse a Rocío Carrasco. “Me gustaría poder tener una relación acorde a la familia que hemos sido. He vivido cosas muy importantes con ella y todo esto ha desaparecido, es una pena”, explicó en enero pasado en “Viva la Vida”.
“Ya no quiero a Rocío Carrasco. Tampoco la odio pero no existe ese cariño y la relación que hubo en sus tiempos. El acercamiento lo ha habido. Por mi parte y la de Gloria y Amador Mohedano, pero ella no quiere saber nada de esta familia, esa es la pura realidad”, agregó.
El 20 de febrero de 2020, Rocío Flores saltaba desde un helicóptero para aterrizar en Cayos de los Cochinos en Honduras, como una de las concursantes de reality, Superviviente 2020.
Desde el inicio de su aventura en el concurso televisivo, la hija de Antonio David ha aprovechado cualquier oportunidad para hacer un llamado a la reconciliación con su madre.
En una de las entregas más recientes del programa, Rocío afirmó que existe un tercero que evita la reconciliación entre madre e hija. Aunque no dio nombre, la gente asumió que se trata del actual esposo de su madre, Fidel Albiac. Esa misma afirmación fue apoyada por su padre, Antonio David, aunque este si nombró a Fidel sin ningún tapujo. A pesar de todo, cree que la reconciliación entre ambas es posible.
No es nueva esta afirmación. Sin embargo, Yiya, quien fue expulsada de la isla hace pocas semanas, no tiene esa opinión. “Si pretendemos echar la culpa al novio de su madre es una forma muy cobarde de querer ver las cosas”, afirmó.
A pesar de la evidencia judicial, Rociíto sigue teniendo detractores, sobre todo porque esperan que actúe como madre: perdone y vuelva a reencontrarse con su hija.
La reconciliación ¿será posible?
¿Aceptará Rocío Carrasco reconciliarse con sus hijos? ¿Escuchará los clamores de Rocío Flores desde Honduras? Ahora que conocemos la verdad, es difícil saberlo. Hay que ponerse en sus zapatos. Han sido ocho años de desafecto y dolor. El tiempo lo cura todo, afirma el refranero popular. Demos tiempo al tiempo.