El arribo este martes a Afganistán del mulá Baradar Akhund, líder y cerebro político de los talibanes, después de declarar el lunes la victoria talibán y el fin de la guerra, ha reforzado más si cabe la consolidación del nuevo régimen en el país. El de Akhund es el primer viaje de un líder de este movimiento islámico a Afganistán, desde la caída del régimen insurgente en 2001.
El dirigente talibán arribó a última hora de la tarde del martes desde el emirato árabe al aeropuerto de Kandahar, considerada como una de las ciudades santuario afganas de los talibanes, para trasladarse luego a la ciudad de Kabul. El líder fue recibido por “unidades especiales de protocolo”, según informó el portavoz talibán, Muhammad Jalal.
Barakar Akhund, considerado como el cerebro de este movimiento islámico, ha dicho que este momento histórico para Afganistán es para ellos “un momento de prueba”. “Ahora se trata de cómo servimos y protegemos a nuestra gente, y de cómo aseguramos su futuro, para ofrecer una buena vida lo mejor que podamos”, aseguró el número dos talibán.
El mensaje principal de la propaganda talibán, tras la reciente conquista de Afganistán, es intentar convencer al mundo que las imágenes de terror a las que se les asocia forman parte de tiempos pasados, principalmente relacionadas con el respeto a los derechos civiles, especialmente de las mujeres y los niños, los cuales fueron completamente vulnerados por el anterior Gobierno talibán a principios del siglo XX.
Durante la primera rueda de prensa de un portavoz talibán en Kabul, Zabihullah Mujahid se comprometió a respetar a las mujeres, pero “dentro de las normas de la ley islámica”. Se les permitirá, tanto a las niñas como a las mujeres estudiar y acceder a estudios superiores, además de trabajar”. Comentó que también podrán participar en la vida social. “Pero siempre siguiendo las leyes islámicas”.
Protesta de mujeres en Kabul
Durante este martes, cuatro mujeres protestaron en una calle de la ciudad de Kabul, mientras levantaban algunas pancartas y un soldado talibán las protegió de cualquier represalia. Se pudo apreciar también a una periodista cuando entrevistaba a un talibán.
Mujahid, durante años encargado de emitir consignas en nombre de los militantes anunció que “no habrá venganza” contra los soldados afganos y que todo lo que sucedió hasta la llegada al poder de los talibanes “está olvidado”.
Por otra parte, Mujajid prometió una amnistía general para los soldados afganos, así como para los antiguos cargos de la administración afgana y el personal que colaboró con los diferentes países en Afganistán desde la salida de los talibanes en 2001 como contratistas o traductores.
Mujahid ha dicho que: “La animadversión ha llegado a su fin y queremos vivir en paz. No queremos enemigos, ni internos, ni externos”, además de anunciar un nuevo Gobierno, que se formalizará tan pronto como lo permitan las actuales condiciones “inestables” en Kabul.
Por su parte, Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior dijo este martes que: “los talibanes han ganado la guerra” en Afganistán y que “hay que tratar con ellos”. “No es cuestión de reconocimiento oficial, sino de tratar con ellos. Tenemos que implicarnos con ellos y, al mismo tiempo, estar muy vigilantes con el respeto de las obligaciones internacionales con las que se han comprometido los talibanes en los últimos 15 años”.