Andalucía afronta una semana crucial para el futuro nuevo gobierno de la comunidad, el primero que no será socialista en 36 años. El PP y Ciudadananos están atando los últimos cabos para que el candidato popular a la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, se presente a la investidura y consiga los 55 votos necesarios para alcanzar la mayoría absoluta o, en defecto, los 47 que conforman los diputados de su partido y de Ciudadanos en el Parlamento de Andalucía. Por ello, el reparto de carteras ya es un hecho: el PP se quedará con la Hacienda andaluza y cederá la de Economía al partido naranja.
No obstante, no se han concretado ni acordado a quién irán el resto de consejerías. El nuevo gobierno estará presidido por el popular Moreno Bonilla de la mano de su vicepresidente, el "ciudadano" Juan Marín. Una de las carteras que más importa es la de Educación, muy disputada entre los dos partidos. El partido de Marín estaría dispuesto a ceder la de Sanidad, una cartera de cuyos últimos escándalos pretenderían alejarse. Además, los dos partidos han decidido que las consejerías pasen de ser 13 a 10 y así "eliminar el chiringuito de Susana Díaz".
No obstante, la investidura también está en el aire. El tercero en discordia, Vox, lleva días reclamando una "negociación a tres" para que el gobierno en coalición tenga el voto de los 12 diputados del partido de Santiago Abascal para que el PSOE abandone el Palacio de San Telmo. Y, para ello, el acuerdo programático PP-Ciudadanos tendría que modificarse en cuestiones, por ejemplo, de género. Francisco Rodríguez ha defendido en repetidas ocasiones que es partidario de derogar la actual Ley de Violencia de Génerp para impulsar una ley de violencia intrafamiliar en la que se incluya a niños, hombres y ancianos.
