Stephanie Jensen formó parte del Ciudad de los Adelantados en la temporada 2014/15, cuando el conjunto morado debutaba en la Liga Femenina 2. La jugadora de baloncesto cuenta su experiencia en el club presidido por Claudio García del Castillo, mediante un vídeo que ha enviado en exclusiva a “Columna Cero” para su publicación.
La alero comparte su etapa en el CDB Clarinos La Laguna tras las declaraciones de Laura Chahrour, Sara Djassi, Kayla Woodward, Graciela Díaz, Natasa Mijatovic y Claudia Aponte. En este contexto, recordamos que la deportista de 30 años compartió vestuario con la tinerfeña y paraguaya.
La danesa asegura en la grabación que fue testigo de cómo el primer entrenador morado insultaba a sus compañeras, incluso llegando a hablar mal a las jugadoras jóvenes. Asimismo, explica que el técnico hacía comentarios sexuales a las deportistas y que a ella solía preguntarle si tenía novio. Por otra parte, enfatiza que el club nunca pagaba a sus jugadoras a tiempo y que terminaron rompiendo su contrato.
A continuación, el vídeo hecho por Stephanie Jensen:
«Hola. Me llamo Stephanie Jensen y soy exjugadora del equipo de baloncesto CDB Clarinos de La Laguna. Jugué allí en la temporada 2014/15. Recientemente, me ha llamado la atención que hay múltiples acusaciones entre las jugadoras y el entrenador, Claudio García. Acusaciones en las que, definitivamente, me gustaría entrar y compartir mi experiencia personal en el equipo y en la isla.
Vine directamente al acabar la universidad. Me gradué en 2014 en la Universidad de Binghamton y siempre ha sido mi sueño jugar al baloncesto de manera profesional en el extranjero y en Europa. Así que cuando me llegó la oportunidad de jugar en Tenerife, estaba muy emocionada y feliz de que todo empezase a encajar.
Tenía un agente español que me conectó con el club y esto pasó algo tarde, así que no llegué a la isla hasta mediados de septiembre. Mi primera impresión sobre la isla, los entrenadores y el personal del equipo fue muy positiva. Obviamente, como cualquier otro equipo profesional, entrenábamos mucho.
Desde el inicio, el ambiente durante el entrenamiento era algo que nunca antes había experimentado en Europa o la Universidad. Era muy diferente y los métodos de entrenamiento del entrenador, Claudio García, fueron definitivamente algo que tampoco había experimentado antes. Él era extremadamente verbal y diré que duro. Siendo honesta, realmente él no fue muy irrespetuoso conmigo de esa manera en la pista. Así que supongo que tuve suerte.
Pero sí que fui testigo de cómo hablaba a las jugadoras más jóvenes del equipo y a las españolas. Yo no entendía mucho español, pero a medida que pasa el tiempo, entiendes alguna palabra. Y entendí cuando les estaba hablando mal a las jugadoras jóvenes. Presencié cuando llamaba a las chicas “putas” y les gritaba cuando no hacían bien el ejercicio, encarándose con ellas y como intentando provocarlas supongo. Lo presencié con Graciela Díaz y con otras jugadoras jóvenes también.
Se encaraba con ellas y les hablaba mal, les gritaba delante de sus caras, siendo muy verbal y físico en su apariencia. En aquella época, como yo era novata, pensaba que así era el baloncesto de España. Así que, para ser sincera, no le di muchas vueltas en aquella época. Simplemente, yo estaba feliz y no me afectó mucho en el terreno de juego, no pensaba mucho sobre ello en aquella época.
Respecto a mi relación con el entrenador, Claudio García, cuando estaba allí pensaba que teníamos buena relación. Pero a medida que escuchaba a otras jugadoras a hablar sobre su experiencia en el equipo y en la isla, definitivamente podía reconocer al 100% algunas de las cosas que decían.
Por ejemplo, el entrenador hacía comentarios sexuales a jugadoras. A mí también me preguntó muchas veces y regularmente si tenía novio, dónde estaba, quién era, etc. Que lo tenía en ese momento, estaba en Nueva York.
Y repito que era novata y pensaba que era una costumbre, así que en aquella época solamente me lo tomaba como un cumplido. ¿Por qué no? Ahora mirando atrás y habiendo crecido, definitivamente eso no era profesional y no estaba bien.
En cuanto a la organización, el club estaba empezando cuando yo me fui a jugar allí. Nunca nos pagaron a tiempo, ni una sola vez. El apartamiento donde vivíamos estaba bien y no tengo quejas de ello. Estábamos todo el tiempo yendo y viniendo de entrenar, también a altas horas de la noche. Así que piensas que es como debe ser.
Mi mayor problema con la organización, fue sin duda, el hecho de que rompieron mi contrato y se salieron con la suya fácilmente. En el contrato que firmé antes de llegar ahí decía que si el club lo rompía en cualquier momento, estaba obligado a pagarme mi salario en lo que quedara de año. Como he dicho, tenía un buen contrato, asegurándome recibir dinero durante todo el año, sin importar cómo estaba jugando.
Al principio de la temporada, tuve tres lesiones. Nunca había estado lesionada y empezó como una lesión leve, que me mantendría fuera un par de días, no estaba tan mal. Una o dos semanas después de que volviese, me torcí el tobillo durante un entrenamiento y estuve fuera unas dos semanas.
Fue una torcedura bastante mala. Ellos estaban intentando meterme prisa para volver lo antes posible, obviamente, porque querían que jugase. Volví despacio, pero segura de mi lesión de tobillo.
Me acuerdo que fuimos a entrenar y ese día llovía mucho. Estábamos entrenando en el viejo gimnasio de La Laguna (pabellón Juan Ríos Tejera), había una gotera en el techo y estaba entrando el agua.
Me acuerdo que algunas chicas preguntaron si íbamos a entrenar en esas condiciones. Pero ellos limpiaron el suelo, nos dijeron que estaba bien y nos obligaron a entrenar a todas. Evidentemente, alguna de nosotras se iba a resbalar y me pasó a mí. Resbalé durante un ejercicio, me caía hacia atrás sobre una de mis manos y me hice daño en mi mano de tiro (mano derecha). Fue muy grave.
No sé por qué querían que siguiese entrenando cuando dije que no podía. Quizás como no estaba llorando no pensaban que fuera tan grave. Así que me forzaron a seguir entrenando. No podía tirar, no podía hacer nada con mi mano derecha. Los entrenadores y el club no querían que fuese al hospital. No paraba de decir que me llevasen para hacerme una radiografía o algo.
Al final, el entrenador Claudio García me llevó al hospital, me hicieron algunas pruebas y nos dieron unos papeles en español. Él me explico que me había torcido el ligamento de la mano derecha. Yo sabía que era grave y creo que el club también lo sabía, porque me mantuvo alejada del baloncesto durante siete meses. Así que tuve una lesión toda la temporada.
Un par de días después, el club, la organización, el entrenador Claudio García, el presidente y el manager me llamaron una noche para tener una reunión. Me presenté en el gimnasio y me llevaron a una sala. Yo estaba en un lado de la mesa y el entrenador Claudio y otros cuatro hombres al otro lado de la mesa, con uno solo que hablaba algo de inglés.
Estaban intentando decirme que me habían despedido, sin decirme que me habían despedido. Porque si me despedían, estaban obligados a pagarme mi salario. Así que estaban intentando simplemente derribarme, diciendo que no había hecho mi trabajo y haciéndome renunciar.
El club me estaba amenazando. Decía que, si volvía después de Navidad, no iba a poder viajar con el equipo, no iba a poder entrenar, etc. Querían que firmase unos papeles que decían que me iba por mi propia voluntad, que era mi decisión, porque así obviamente no tendrían que pagarme. Obviamente no iba a afirmar nada hasta que alguien lo leyese.
Esto enfadó al manager del equipo y al presidente o quien fuese, porque se levantó y dio un golpe en la mesa. Empezó a gritarme en español. Honestamente, esto me estaba superando, comencé a llorar, les dije que quería irme al apartamento y salir de esa situación tan incómoda. No me sentía segura.
Acabé saliendo del gimnasio y el resto de chicas continuaron entrenando. Finalmente, el club me pregunto qué quería hacer y dije que quería irme a casa. Así que me mandaron a casa los días siguientes. El entrenador Claudio García me había prometido que me llevaría al aeropuerto. Era el único que conocía, además del fisioterapeuta, con el que me llevaba muy bien. El técnico no se presentó para llevarme al aeropuerto.
Tenía que irme muy pronto, aún era de noche. Me presenté en la puerta y el mismo señor que me gritó en la reunión era el que me iba a llevar, creo que se llamaba Roberto Marrero. Me llevó al aeropuerto, no hablamos durante una hora, fue muy incómodo.
En el aeropuerto, Roberto o el manager del equipo intentó que firmase los papeles de que era decisión mía marcharme y dije que no iba a firmar nada. Así que dijo que iba a retener mi sueldo de diciembre o el de enero, o algo así, hasta que firmase. Pero le dije que no iba a hacerlo. Recibí mi dinero del mes de noviembre y me enviaron a casa.
Cuando llegué a casa contacté con la Federación Danesa de Baloncesto para que me ayudasen con mi situación, porque sabía que el club había hecho algo ilegal, habían roto el contrato. La Federación no creía que ganase suficiente o que mereciese la pena el gasto para involucrarse. Así que no lo hicieron, algo con lo que discrepo. Fue básicamente eso, acabó muy mal y el entrenador Claudio me mandaba mensajes disculpándose por cómo me había tratado».
La jugadora durante su etapa universitaria | Bubearcats
Formada en la Binghamton University, Stephanie Jensen terminó su última campaña de su periplo universitario disputando 30 partidos. Firmó un promedio de 5.7 puntos y 2.7 rebotes por encuentro. Cabe destacar que Jensen fue internacional en categorías U16 y U18 con la selección de Dinamarca.
En el curso 2014/14 se incorporó al Ciudad de los Adelantados (actualmente, denominado Ciudad de La Laguna Tenerife, compite en Liga Femenina Endesa y EuroCup Women).
Claudio García valoró su fichaje de la siguiente forma, mediante una nota de prensa:
“Con Stephanie cerramos el juego exterior del equipo, contando con jugadoras que se complementan perfectamente. Tiene una gran intensidad en todas las facetas del juego, lo que nos ayudará a ser más completos. Corre bien el contraataque, es una tiradora fiable desde el exterior y su intensidad la hace ser una jugadora bastante fuerte defensivamente”.
Durante la pretemporada con la escuadra lagunera, la jugadora de 1.80 metros de estatura sufrió un esguince de tobillo que supuso para la jugadora “un revés, físicamente y sobre todo mentalmente”. Disputó un total de 5 partidos con la elástica morada, contando con una media de 14:47 minutos sobre el terreno de juego. Registró un promedio de 3 puntos, 2.4 rebotes y 0.4 asistencias.
El 14 de diciembre de 2015 el club comunicó, mediante una nota de prensa, la desvinculación de la danesa. Aunque ese mismo ejercicio el Clarinos descendió, siguió jugando en la segunda categoría gracias a la salvación de la Federación Española de Baloncesto, por motivos administrativos.