El próximo 26 de mayo Málaga vivirá un domingo electoral que marcará los cuatro próximos años de la ciudad, un domingo que puede acabar siendo el del ocaso de un PP que ya solo mantiene vivas sus esperanzas en el veteranísimo Francisco de la Torre, el edil, camino de 76 años, es el ancla que les queda a unos populares que han salido muy perjudicados de las últimas generales. Si a eso añadimos, que desde el propio votante del PP hay críticas a la lista del actual alcalde (cuenta con hasta 8 independientes, uno de ellos afiliado al PSOE), nos queda un peligroso cóctel que puede convertir la campaña a municipales en una batalla a tumba abierta por hacerse por el control de la casona.
Sale beneficiado en este juego de tronos el actual candidato socialista, Daniel Pérez, quien pese a su juventud y aparente falta de tablas en estos ruedos, va a tener claras opciones de arrebar el atril al actual alcalde si consiguiese sumar los apoyos necesarios. Entre esos apoyos puede encontrar a Juan Cassá, número uno por Málaga. Cassá cuenta con la inercia del partido a nivel nacional y un equipo que se ha movido en las calles entre colectivos a las mil maravillas, capitaneado por Iñigo Vallejo. Ciudadanos podría alcanzar los 5 concejales, casi doblando la cifra conseguida en 2015.
Y hablando de colectivos, esa es precisamente la china en el zapato de VOX, al que todo apuntaba que unos buenos resultados en las generales podrían servir para que en Málaga pudiesen alcanzar al menos tres cargos electos, aunque tras el sabor agridulce de las generales, tendrán que ponerse las pilas en campaña para convencer a los malagueños de que, además del discurso nacional de unión de Abascal y Smith, llevan consigo un conocimiento de la ciudad, sus colectivos y todo lo que se cuece en ese tejido asociativo. Será clave para ellos ser capaz de hacer ese trabajo arduo que requiere de constancia y empatía social, llegan nuevos a este tablero de ajedréz y quizá, más allá de su ideología con la que se puede estar más o menos de acuerdo, es la asignatura pendiente y a resolver por los de José Enrique Lara.
Aún así, el trasvase de votos de PP a VOX es un hecho y esto marcará la jornada electoral del próximo 26 de mayo. VOX está a tiempo de arrancar algún concejal más en campaña si sabe moverse bien, trabajo que Ciudadanos o PSOE ya tienen hecho de años atrás. PP en cambio tendrá que agarrarse, una vez más, a un desgastado Francisco de la Torre que por otro lado, no está claro que quiera permanecer en la oposición cuatro años, llegado al caso.