El veterano periodista Jesús Mariñas ha fallecido este martes, día 10 de mayo, a los 79 años de edad, según han confirmado la revista Diez Minutos y el diario La Razón, medios en los que trabajaba actualmente. El propio tertuliano y colaborador de prensa, radio y televisión, que hace justo un año publicó sus memorias, "Jesús por Mariñas", anunció en octubre de 2021 que padecía un cáncer de vejiga. A finales de marzo, Mariñas ingresó en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid por complicaciones derivadas de la enfermedad, tal y como comunicó su marido, Elio Valderrama, a distintos medios y programas.
Según informó entonces Diez Minutos, donde el gallego escribía una columna semanal, el catalogado como padre de la prensa rosa española había perdido el apetito y experimentaba ciertos trastornos del habla, por lo que su pareja decidió llamar a emergencias y fue internado a la mayor brevedad. Días después, regresó a casa y siguió trabajando hasta la semana pasada.
El cáncer había alejado a Jesús Mariñas de la televisión, siendo 'Espejo Público', el matinal que Susanna Griso presenta en Antena 3, el último formato en el que participó como colaborador habitual. Hace solo unos meses, el cronista social sacaba a la luz el verdadero motivo de su ausencia en los platós. "A mí decir que tengo cáncer es como decir que me voy a morir mañana. Yo soy de otra época y tengo otra mentalidad, me asusta la palabra cáncer. Creo que eso le ocurre, sobre todo, a la gente de mi generación", confesaba.
Sin embargo, en el año 2017, el mítico polemista del corazón también había compartido en público que había superado un cáncer de piel. Esta enfermedad le provocó heridas en la cara, que trataba de ocultar con la barba. A pesar de las secuelas que arrastró durante el tratamiento contra el melanoma, el célebre periodista del colorín no faltó ni un solo día a su trabajo.
A finales de abril, Elio, su pareja desde hacía más de 30 años, habló con el programa 'Socialité', el espacio de cotilleos que presenta María Patiño en Telecinco, admitiendo que el estado del también escritor, que en octubre hubiera cumplido los 80 años, era realmente preocupante. Una fotografía colgada en Instagram en la que se le veía en la cama del centro sanitario en el que permanecía internado junto a una tarta, celebrando el cumpleaños de su esposo, que también aparecía en la instantánea junto a una amiga de ambos, había hecho saltar todas las alarmas.
En dicha imagen se podía ver a Mariñas verdaderamente deteriorado, tumbado y visiblemente más delgado. Ya no lucía su característico bigote y la expresión de su rostro lo decía todo. "Se le ve derrotado, su situación es delicada y va de altibajo en altibajo", admitió Elio, fotógrafo venezolano que estaba casado civilmente con Jesús desde el 18 de julio de 2016. "Sigue grave", advirtió además el marido del que fuera tertuliano de 'Tómbola'. Su compañera de profesión Chelo García-Cortés se mostró pesimista también ante las cámaras de 'Socialité'. "Que se vaya cuando él quiera irse", dijo muy triste la colaboradora de 'Sálvame'.
Desde 1998, Jesús Mariñas escribía en el periódico La Razón y, en los últimos años, había colaborado en programas de televisión como 'La mañana de La 1', de TVE, o el citado 'Espejo Público', de Antena 3. Se hizo conocido hablando de la vida privada de los famosos en el icónico espacio radiofónico del histórico Luis del Olmo, 'Protagonistas'. Después, estuvo con el malogrado Antonio Herrero en la Cadena COPE. También se hizo muy popular por sus artículos en las revistas de información general Época y Tiempo, hoy desaparecidas.
Pero fue en los 90, cuando dio el salto a la televisión de la mano de María Teresa Campos, cuando su fama se disparó. En el recordado 'Tómbola', de Canal Nou, estuvo desde el comienzo, en 1997, siendo muy sonados sus enfrentamientos con su archienemiga Karmele Marchante.
En los últimos años, debido a su edad y también a su salud, sus apariciones mediáticas fueron menos frecuentes. Como cuenta el diario El País con motivo de su fallecimiento, él mismo explicó que su boda había sido, en parte, por motivos económicos, para que a su esposo pudiera quedarle una pensión de viudedad cuando él muriera. Y también dio a conocer cuál quería que fuera su epitafio: "Vivió para vivir".