Portugal se encuentra en alerta amarilla por fuertes vientos y olas de más de 15 metros de altura. Las autoridades del país vecino se veían en la obligación de activar las alarmas en todas las costas del país por la amenaza que podría suponer para la población. La zona norte del país ya tiene la alerta naranja.
El Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera (IPMA) decía que lo vivido en el país era una “situación climatológica excepcional” que tendrá su momento cumbre durante el fin de semana, cuando el oleaje sería más violento. Por lo tanto, seis de 43 puertos han sido cerrados, y otros siete están bajo el punto de mira. Según la Marina de Portugal el número “podría aumentar en las próximas horas”.
El viento, por su parte, azota con fuerza la superficie terrestre, con una velocidad de entre 55 y 85 kilómetros por hora. Se ha aconsejado que no se deambule por zonas arboladas y aquellas fáciles de inundación, como los ríos o las playas.
Como consecuencia del temporal, varias carreteras han sido cortadas y diferentes zonas del país están sin luz. Los vuelos en los diversos aeropuertos lusos también se han visto afectados, con retrasos e incluso cancelaciones.