Hace solo unas horas que la ONU ha decretado el alto el fuego en Siria, después de las grandes masacres que se han producido en la zona de Guta Oriental, tomada por los rebeldes islamistas. Sin embargo, las tropas gubernamentales no parecen haber respetado ese decreto, ya que se han producido nuevos bombardeos en esa región.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ha habido lanzamiento de misiles y bombas y combates entre las fuerzas del Gobienro y el grupo Ejército del Islam. Esos episodios suponen una violación del alto el fuego, que se ha notado ligeramente, ya que esta noche ha sido la más tranquila en mucho tiempo y no se ha saldado con ninguna víctima mortal.
Pero los seguidores del presidente Asad no son los únicos que han ignorado el alto el fuego. Las fuerzas turcas, apoyadas por varios grupos sirios, han seguido avanzando en el noroeste del país y se han hecho con el control de varias localidades. Estas conquistas dejan a Ankara con el control, casi total, de la región fronteriza de Afrín, que limita con Turquía.
Estos nuevos combates se suman a los que se han producido durante toda la semana, dejando más de 500 muertos. Esas muertes han sido las que han obligado al Consejo de Seguridad de la ONU a establecer un alto el fuego humanitario, de 30 días, que es especialmente necesario en la región de Guta.
El objetivo del alto es fuego no es solo parar los bombardeos, si no también abrir una puerta para que pueda llegar ayuda humanitaria a las zonas más castigadas. Se calcula que, solo en la región de Guta, unas 400 personas llevan meses recluidas, sin que puedan llegar alimentos o medicinas.