El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, ha anunciado la decisión del Ejecutivo de nombrar persona “non grata” al embajador de Venezuela, Mario Isea, quien deberá abandonar España en las próximas horas.
Esta decisión está motivada por el decreto emitido ayer por el Gobierno de Venezuela, en el que se declaró persona “non grata” al embajador español en Caracas, Jesús Silva. Tras este decreto, Maduro ha dado 72 horas al diplomático español para dejar el país latinoamericano.
Para el equipo de Mariano Rajoy, esta ha sido la respuesta más proporcional al desafío lanzado por el presidente venezolano. Una respuesta desagradable ya que, según ha apuntado Méndez de Vigo, España desea mantener “relaciones de respeto, amistad y cooperación” con Venezuela. Un deseo que, para el Gobierno, es muy difícil cumplir por las acciones que lleva a cabo Nicolás Maduro.
Ni la decisión del Gobierno venezolano ni la del Ejecutivo español han pasado desapercibidas por la comunidad internacional. De hecho, hay intelectuales latinoamericanos que ya han animado a otros países europeos a que imiten a España y expulsen a sus embajadores venezolanos.