El Tribunal Regional Federal de Porto Alegre ha confirmado la sentencia condenatoria al ex-presidente por corrupción y lavado de dinero y ha aumentado la pena a 12 años y 1 mes de cárcel, además de quedar inhabilitado para la vida política. De esta manera, los tres magistrados ratifican al juez Sergio Moro y ven probados los hechos que le relacionan con el Caso Petrobras. En marzo de 2016, Lula da Silva fue arrestado por presuntos sobornos en el marco de la investigación contra la empresa petrolera. Según las investigaciones, habría recibido 8 millones de dólares en pagos por viajes, conferencias y regalos.
Sin embargo, el presidente mejor valorado de la historia de Brasil no irá a la cárcel todavía, pues puede recurrir la decisión al Tribunal Supremo. Esta será su última oportunidad para evitar entrar en prisión y tratar de presentarse a las elecciones del próximo octubre.
[Sumario]A pesar del escándalo judicial, parte como principal favorito en los próximos comicios. Tras conocerse la resolución del tribunal, Lula se reunió en la plaza de la República de Sao Paulo ante miles de seguidores del Partido de los Trabajadores y reafirmó su intención de presentarse como candidato. Además, volvió a denunciar que está siendo objeto de un “proceso político y no judicial´´.
Esta condena ha aumentado la división en el país. La población se ha polarizado entre los petistas, que apoyan a Lula en su teoría de la persecución política y que ven en el PT la única vía para volver al modelo de políticas sociales de redistribución de la renta, y los anti-lulistas, que ven esta sentencia como un triunfo y abogan por un Brasil más neoliberal.
La crisis política en Brasil continúa y el fututo es incierto. La inhabilitación de Lula sería un duro revés para el PT de cara a las elecciones y daría opciones a otros partidos como el Movimiento Brasil Libre (MLB).