El protocolo que marcó el criterio para colocar a las más de 2 autoridades a nivel mundial que acudieron al funeral de Estado de Isabel II fue caprichoso y consiguió algo que hacía tiempo que no ocurría: obtener una imagen de Felipe VI y doña Letizia junto a Don Juan Carlos y Doña Sofía. El criterio que siguió el Palacio de Buckingham no fue advertido a las diferentes autoridades, tanto reales como políticas, hasta unas horas antes del sepelio, por lo que hubo poco margen de reacción por parte de los Reyes y del Gobierno de España.
Las imágenes hablan por sí solas: seriedad en la cara de los monarcas en activo y cierta relajación en los padres del Rey. Las dos únicas que mantuvieron algún tipo de conversación, breve aunque cómplice, fueron la reina Letizia y su suegra. Don Juan Carlos le dijo algo al oído a su esposa al sentarse en la silla, pero entre padre e hijo no hubo ningún tipo de gesto. Ni una mirada, algo que sí hizo la reina consorte: le dirigió una mirada muy seria en un momento en el que el emérito soltó una carcajada.
Lo cierto es que el papel de Don Felipe en el funeral de Estado de la reina británica era complicado. Tanto La Moncloa como La Zarzuela sabían que, en función de cómo se viera a sendas parejas, se hablaría de tal manera en el país. Por ello, los reyes en activo se mantuvieron hieráticos en todo momento, con apenas interacción a su derecha y muy sobrios, como la ocasión lo requería.
El protocolo que desdijo a Albares
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, se encargó de subrayar que la máxima representación de España en el funeral de Estado de Isabel II era Felipe VI: "La representación de España hoy, aquí, en Londres, la ostenta evidentemente el jefe del Estado, que es el rey Felipe VI, junto con la reina".
Sobre el padre de Felipe VI, el titular de Exteriores recordó que "el rey emérito se encuentra en Londres respondiendo a una invitación a título personal y, por lo tanto, yo creo que los papeles están claramente definidos y el motivo de por qué se encuentran aquí, también". Algo que el protocolo deshechó al unir a jefes y exjefes de Estado de cada familia real juntos durante la celebración religiosa.
"Lo que es el Reino Unido, su relación con nosotros a través de la casa real, y simbolizaba unos valores también que compartimos con los británicos, de democracia, de Estado de Derecho, de búsqueda de un orden internacional basado en reglas. Todo aquello que en estos momentos, con la guerra de Ucrania, está siendo puesto en entredicho y está siendo puesto en cuestión", subrayó el ministro.