Carlos iII ha sido el protagonista de una nueva polémica en torno a una pluma o la forma con la que firma documentos tan importantes como su propia proclamación como Rey en diferentes territorios. El hijo de Isabel II y la reina consorte Camila visitaron Irlanda del Norte este martes para presentar sus respetos al parlamento de dicho territorio de manera oficial.
Según unas imágenes distribuidas por la CBS, el monarca se dispone a firmar dicho pero duda sobre el día que es. "¿Es 12 de septiembre?", pregunta, a lo que un acompañante le responde que es "13, señor". "Oh Dios, he puesto mal la fecha", lamenta el rey. Carlos III tacha los datos erróneos y se dispone a escribirlos correctamente, pero algo se tuerce.
"I can't bear this bloody thing!": King Charles' signing ceremony at Northern Ireland's Hillsborough Castle made one thing clear – even royalty can't escape the frustration of an inadequate pen. pic.twitter.com/nzygNTLslX
— CBS News (@CBSNews) September 13, 2022
A su lado está la reina Camila, que espera pacientemente a que su marido firme los documentos. Cuando Carlos III le ofrece la pluma para que firme ella, Camila se percata de que pierde tinta y esto enfurece al hijo de Isabel II. "Oh Dios, odio esto", exclama el nuevo rey mientras saca un pañuelo para limpiarse la mano. "¡No puedo soportar esta maldita cosa! Es asqueroso todo el tiempo", dice con aparente cabreo. El monarca sale de la sala acompañado de un miembro del personal, dejando a la reina Camila en la sala.
No es la primera vez
En tan solo cinco días como nuevo monarca del Reino Unido, lo cierto es que las plumas le han jugado malas pasadas a Carlos III. El pasado sábado, día de su proclamación como jefe de Estado ante el Consejo de Ascensión, el Rey tuvo un percance con el tintero y la pluma con la que firmar. La mesa en la que firmó su ascensión al Trono era relativamente pequeña si la comparamos con el tamaño de los dos documentos a rubricar y el tintero presente en el acto.
Vea el momento en el minuto 6.40:
Sin embargo, y a pesar de ser un error de protocolo, fue su forma de dirigirsse al personal, con gestos bastante desagradables, los que levantaron la polémica. El Rey movió con desdén la mano derecha para que le retiraran el tintero y, una vez sentado, al ver que no se había hecho, sujetó con insistencia el objeto para llamar la atención y exigir que se retirara. Algo que no gustó demasiado a la opinión pública.