Los muros se levantan para separar, aislar o impedir el paso. A lo largo de la historia hemos contemplado el levantamiento de muchos de ellos con tales propósitos. Son los llamados muros de la vergüenza que han dividido naciones, islas, ciudades y hasta barrios. Pocos han desaparecido, aún muchos permanecen en pie.
Tras la desaparición del más universal de todos, el muro de Berlín, que dividió la ciudad alemana durante 28 años, uno de los más execrables es el que separa Estados Unidos de México. Construido con el fin de frenar las corrientes migratorias, comenzó a erigirse en 1994. En la actualidad se extiende desde Tijuana a San Diego a lo largo de 900 kilómetros e incluye como elementos de seguridad, iluminación de alta intensidad, sensores de movimiento y cámaras de visión nocturna, calculándose que han perdido la vida más de 10 personas tratando de cruzarlo. En el colmo de los despropósitos, el anterior presidente de los EEUU, Donald Trump, prometió ampliar el muro a toda la frontera sur con México y afirmó que fueran éstos quienes sufragaran su construcción.
El paralelo 38 y la pared del Sahara
Las dos Coreas, surgidas de la guerra civil en la península coreana entre 1950 y 1953, continúan separadas por el Paralelo 38 señalizado por una franja de alambradas electrificadas de 4 kilómetros de ancho y 250 de largo que divide ambos países. Se conoce como Zona desmilitarizada y está considerada como la frontera más vigilada e impenetrable del mundo, con exhaustivos controles militares. La consideran como la última frontera de la Guerra Fría.
La llamada Pared marroquí del Sahara, con un longitud de 2720 kilómetros, está conformado por ocho muros defensivos de arena, piedras o alambradas que, paulatinamente, ha ido ocupando buena parte del Sahara occidental. Se estima que el ejército marroquí ha colocado más de siete millones de minas para evitar el paso de los saharauis a las zonas más prósperas de su propio territorio. Comenzó a erigirse en 1980 y, actualmente, es la mayor barrera tras la Muralla China.
La barrera de Cisjordania y la Línea Verde
Israel, que vive en un permanente estado prebélico con todos sus países vecinos, comenzó a construir la barrera de Cisjordania en 2002 y se extiende hasta los 720 kilómetros con la intención de proteger los asentamientos de los colonos israelíes diseminados en tierra palestina, que ocupan más del 10% de territorio cisjordano. Gran parte de la barrera es una mezcla de vallas y alambradas y el resto, muros prefabricados que se alzan hasta los siete metros de altura.
Chipre es una isla mediterránea habitada por las comunidades griega y turca, que históricamente han estado permanentemente enfrentadas. Desde su independencia en 1960, las hostilidades se repetían constantemente, culminando con la invasión de la isla por parte del ejército turco en 1974. Desde ese momento, se estableció una zona desmilitarizada, patrullada por fuerzas de la ONU, a lo largo de 180 kilómetros denominada Línea Verde, que divide la isla y a la propia capital de Nicosia y cuya anchura no va más allá de la longitud de lo que puede ocupar una calle. Tras casi cincuenta años de división los gestos en aras de la unificación de la isla apenas han existido.
Ceuta, Melilla y el conflicto irlandés
Ceuta y Melilla, las dos ciudades autónomas de España en África, están separadas de territorio marroquí por unas elevadas vallas cuya finalidad es evitar el paso de emigrantes, en su mayoría subsaharianos. Mientras que la de Ceuta, levantada en 1971, es de 8 kilómetros de longitud; la de Melilla, erigida en 1998, alcanza los 12 kilómetros, aunque ambas superan los 10 metros de altura, finalizados por rollos de alambre con extremadas cuchillas cortantes, que han provocado numerosos heridos en los sucesivos saltos a la valla.
Y si los muros habitualmente separan países, en el caso irlandés dividen barrios como sucede en la ciudad de Belfast, en Irlanda del Norte. Por un lado, la comunidad católica y pro irlandesa y por otra, la protestante y pro británica, que durante muchos años han convertido sus calles en verdaderos campos de batalla por el enfrentamiento entre grupos armados de ambas comunidades. Se calcula que existen más de un centenar de muros que suman en total más de 20 kilómetros. El primero de ellos fue levantado en 1969. A pesar de que el conflicto irlandés prácticamente ha cesado, cincuenta años después los muros siguen en pie.