El ataque ocurrió en un suburbio de Cardiff en mayo de 2016.
La pequeña Elsie fue adoptada formalmente por Mathew Scully-Hicks y su marido, Craig, el 12 de mayo de 2016; apenas 13 días después Scully-Hicks llamó a emergencias afirmando que su hija se había caído. Al llegar los paramédicos comprobaron que la pequeña no respiraba y sufría paro cardíaco. Murió 4 días después.
Los meses anteriores al fatal ataque Scully-Hicks abusó físicamente de Elsie, en varias ocasiones, causándole fracturas y moretones. Fue tratada dos veces en el hospital pero creyeron las explicaciones que daba el acusado.
El fiscal, Paul Lewis, dijo al tribunal de la Corte de Caldiff que Scully-Hicks perdió los estribos con Elsie y le causó lesiones catastróficas “Él la sacudió y golpeó su cabeza contra una superficie dura, debido a su corta edad era muy indefensa y vulnerable”-añadió-.
Dijo además que en mensajes de texto, el acusado, tildaba a la pequeña de “psicópata”,“monstruo”,“Satán vestido de bebé”.
Scully-Hicks negó haber hecho daño a Elsie y afirmó que debió tener las lesiones mortales antes de ser adoptada por ellos. Durante su testimonio en el juicio, dijo que había dejado sola, unos minutos, a Elsie y cuando volvió la encontró tirada en el suelo inconsciente. Sin embargo las pruebas revelaron que había sufrido tres hemorragias diferentes en la cabeza, una fractura en el cráneo y tres fracturas costales.
En el juicio que duró más de cuatro semanas los miembros del jurado lo declararon de forma unánime culpable de asesinato.