Don Juan Carlos de Borbón sigue lanzando mensajes muy directos para España desde su exilio particular de Emiratos Árabes Unidos. El padre de Felipe VI se muestra ansioso de volver al país que reinó entre 1975 y 2014, pero sus investigaciones judiciales le mantienen en una isla artificial de Abu Dhabi sin fecha de regreso. "Algunos están muy contentos de que me haya marchado de España", lamenta a la historiadora Laurence Debray, autora del ensayo Mon roi déchu (Mi rey caído en castellano) que la editorial Stock publicará en Francia el 6 de octubre y Debate en español en 2022.
La revista francesa Paris Match publicó, en la edición de este jueves, extractos de la nueva obra. Debray es una buena conocedora de la monarquía española, autora además de una biografía de Don Juan Carlos y directora de un documental grabado poco antes de la abdicación del emérito, en junio de 2014. La revista relata cómo, a lo largo del confinamiento declarado a raíz de la pandemia del Covid-19, las llamadas entre la historiadora y el monarca se sucedieron hasta desembocar en una entrevista en Abu Dabi. Según la escritora, el rey emérito "va vestido como un jubilado americano" y está acompañado de cuatro guardaespaldas españoles y un matrimonio filipino, que se ocupa de las labores de la casa. Su rutina se basa en levantarse a las 07.00 horas, en hacer gimnasia y en devorar prensa española, lo que compagina con llamadas con "los amigos que le quedan" y con su esposa, Sofía de Grecia, "la reina profesional". "Se pasa el día evocando su retorno a España. Basta con tomar un avión", asegura Debray.
"No se queja, camina con ayuda de muletas y pasea su silueta adelgazada de paria en una casa sin pretensiones al borde del mar, fría y kitsch", sigue la historiadora. Es, según Debray, lo "opuesto al estereotipo de rey, encarna el antimonarca, el que no está aplastado por el peso de la Corona". "A sus 83 años, aislado pero muy conectado, apuesta por la tecnología para burlar la nostalgia. Y sigue por videoconferencia, en su tableta, la misa que se celebraa en el Palacio de La Zarzuela", desvela.
"Con su hijo, el Rey de España, los vínculos se han roto", publica el magacine. Felipe VI renunció a la herencia de su padre y le retiró la asignación anual como miembro de la Familia Real, algo que a historiadora tacha de "puñalada simbólica". La relación paterno-filial es tan mala que el monarca no llamó a su padre en su 83 cumpleaños, el pasado 5 de enero.
"Felipe VI se esfuerza por reparar la herencia de Juan Carlos haciendo de la Corona una institución inatacable y regulada. Un parricidio en nombre de los intereses del trono. Juan Carlos es un rey caído, pero ante todo es un padre repudiado. Quizá su mayor fracaso resida ahí, en esta negación. Héroe político: la cara; antihéroe patriarcal: la cruz”, reza la escritora.
Paris Match publica un fragmento de las conversaciones entre la historiadora y Don Juan Carlos muy esclarecedor. Es el siguiente:
"PREGUNTA. ¿Se siente solo?
RESPUESTA. Aquí tengo buenos amigos.
P. ¿Va a regresar pronto?
R. No tengo ni idea. Algunos están muy contentos de que me haya ido.
P. ¿Pero a quién se le ocurre marcharse? Me pregunto quién le aconsejó que lo hiciera.
R. Tenía que soportara muchas presiones".
La autora asegura que Juan Carlos de Borbón estuvo a punto de instalarse en Portugal, algo de lo que se rumoreó tras su marcha de España. "Demasiado próximo. Le pidieron que se fuera más lejos", asegura la escritora. "Aquí no molesto a la Corona", lamentó el emérito a renglón seguido.