Se trata de fijar las bases de la nueva fiscalidad internacional mediante la instauración de un impuesto mínimo universal del 15% para las grandes corporaciones. El Ministro de Finanzas británico, Rishi Sunak, ha confirmado el pacto logrado por los ministros, reunidos en Londres, y ha explicado que busca construir un campo de juego equilibrado para las empresas globales. "Tras años de debate, los ministros de Finanzas del G7 han alcanzado un acuerdo histórico para la reforma del sistema fiscal global para que se ajuste a la era digital global", ha destacado Sunak, según la cadena británica BBC.
Empresas globales como Amazon, Google o Facebook, serán las más afectadas, ya que ahora legalmente pueden tributar en un país con condiciones fiscales más ventajosas el negocio que generan en otros países. Con este cambio, los países ricos buscan evitar una "carrera a la baja" en las políticas fiscales. Además, esta norma pretende que las empresas paguen en los países en los que venden sus productos y servicios y no en donde declaren sus beneficios.
Reacciones
La iniciativa es "para ajustarse a la era digital global, pero sobretodo para garantizar que las empresas adecuadas paguen los impuestos adecuados en los lugares adecuados y ese es un premio enorme para los contribuyentes británicos", ha destacado Sunak, que ha calificado el cambio de "sísmico". Además, Sunak ha destacado que hay un compromiso para que la entrega de información climática sea obligatoria que incluye "medidas para acometer los procedimientos para los crímenes medioambientales".
La Secretaria del Tesoro de Estados Unidos ha destacado por su parte que "esta tasa mínima global pone fin a la carrera a la baja del impuesto de sociedades y garantiza justicia para la clase media y los trabajadores de Estados Unidos y de todo el mundo".
El Ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, se ha felicitado por el acuerdo, una "revolución fiscal" que podría servir de base para lograr "un acuerdo de mayor alcance" entre los países integrantes del G20. "Los siete países industrializados más importantes apoyaron el concepto de imposición mínima para las empresas", ha declarado Scholz en declaraciones a la Agencia de Noticias DPA. "Es una muy buena noticia para la justicia fiscal y la solidaridad y una mala noticia para los paraísos fiscales de todo el mundo", ha señalado.
El Comisario de Economía de la UE, Paolo Gentiloni, ha valorado también el "gran paso(…) hacia un acuerdo global sin precedentes para una reforma fiscal" y ha asegurado que la UE "contribuirá activamente para que ocurra" en Venecia, donde tienen previsto reunirse en julio los ministros de Finanzas y directores de bancos centrales del G20.
La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha dado la "bienvenida" a esta "noticia positiva" en pro de la "modernización y la cooperación internacional sobre la fiscalidad empresarial".
Irlanda y las grandes empresas, a favor
El MInistro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe, ha publicado en Twitter que "es en interés de todos conseguir un acuerdo sostenible, ambicioso y equitativo sobre la arquitectura fiscal internacional" aunque ha indicado que cualquier acuerdo debe "satisfacer las necesidades de los países pequeños y de los grandes, de los desarrollados y los que están en desarrollo".
Irlanda es uno de los países que más empresas ha atraído con un impuesto de sociedades del 12,5% y el propio Donohoe ha cifrado en unos 2 millones de euros anuales las pérdidas que podría suponer para el país, una quinta parte de sus ingresos por impuesto de sociedades, lo cual "ya está previsto en nuestros cálculos presupuestarios a medio y largo plazo", según declaraciones de Donohoe a "The Irish Times".
Un portavoz de Google, una de las empresas que resultaría afectada, ha expresado su "fuerte apoyo al trabajo que se está haciendo para actualizar las normas fiscales internacionales". "Esperamos que los países continúen colaborando juntos para garantizar un acuerdo equilibrado y duradero que se cierre pronto", ha declarado.
Más reacciones
El Presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha celebrado el acuerdo. "Avanzamos hacia un nuevo sistema fiscal para la era digital global", ha apuntado Sánchez en su cuenta de Twitter, donde ha subrayado que el G7 llega a un acuerdo histórico "que permitirá una mayor contribución de grandes compañías mundiales". "El objetivo: una mejor distribución de la riqueza para alcanzar mayores cotas de justicia social", subraya.
Por último, Facebook, también ha valorado el acuerdo. "Facebook siempre ha pedido una reforma de las normas fiscales globales. Damos la bienvenida al avance importante logrado por el G7", ha apuntado el Vicepresidente para asuntos globales de Facebook y exViceprimer ministro británico, Nick Clegg.
"El acuerdo de hoy es un primer paso significativo hacia la seguridad para los negocios y para fortalecer la confianza pública en el sistema fiscal global", ha añadido.
Clegg ha asegurado que Facebook "quiere que el proceso de reforma fiscal internacional tenga éxito y reconoce que ello podría implicar que Facebook pague más impuestos en diferentes lugares".
Nivel Técnico
A nivel técnico, el acuerdo incluye el "pilar uno", que especifica que será de aplicación a las empresas multinacionales con al menos un 10% de margen de beneficios. El 20% de cualquier beneficio que esté por encima será considerado como generado en el país de origen de la actividad y gravado en consecuencia.
El "pilar dos" implica que los gobiernos se comprometen a un impuesto de sociedades global mínimo del 15% para evitar que los países compitan entre sí a la baja en fiscalidad.
La reunión de los ministros de Finanzas del G7 será seguida la semana que viene en la cumbre de los líderes del G7, que se reunirán del 11 al 13 de junio. De este modo, a pesar de que el G7 no tiene un papel formal en el proceso de discusión de la nueva fiscalidad internacional, un pacto en el seno de este grupo supondría un poderoso impulso para alcanzar un acuerdo en las negociaciones formales que se están desarrollando al respecto en el G20 y en la OCDE.
En este sentido, Estados Unidos ha rebajado sus aspiraciones sobre un impuesto mínimo de sociedades a nivel global, reduciéndolas del 21% a una tasa efectiva del 15% con el objetivo de ampliar el consenso al respecto. Paradójicamente, Estados Unidos podría ser un obstáculo mayor para el acuerdo, ya que se prevé una dura batalla en el Congreso.