El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se reunirá el próximo el viernes con seis inmigrantes que entraron ilegalmente en el país cuando eran niños y se beneficiaron de la política anti-deportación del exmandatario Barack Obama.
El encuentro tendrá lugar en el Despacho Oval. Biden busca con este gesto presionar al Congreso, para que apruebe un proyecto de ley que haga permanente el programa denominado Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés), que Obama implementó a través de una acción ejecutiva en 2012.
El Programa DACA proporción protecciones limitadas a inmigrantes que entraron en los Estados Unidos ilegalmente cuando eran niños.
Como candidato, Biden ya prometió proteger a los inmigrantes, que a menudo son llamados “dreamers” (“soñadores”), y a sus familias, mediante el restablecimiento del DACA.
En marzo, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, anunció que se iba a emitir una norma para “preservar y fortalecer el DACA”. Pero hay una impugnación judicial contra él en un tribunal de Texas que podría invalidarlo con efecto retroactivo.
El expresidente Donald Trump trató de suspender el programa. La Corte Suprema de EE. UU. falló el año pasado que Trump podía eliminarlo, pero lo hizo de forma indebida y la anulación quedó sin efecto.
Biden quiere aprobar una reforma de inmigración enfocada a establecer un mecanismo de naturalización para once millones de inmigrantes establecidos en los Estados Unidos de manera irregular. Un plan que enfrenta un camino cuesta arriba en un Congreso estrechamente dividido entre los republicanos y los demócratas.
Sin embargo, el Proyecto del DACA tiene un amplio apoyo bipartidista entre la población estadounidense y éste debería de ser el punto de partida para tomar decisiones en torno a la inmigración.
“Si no les gusta mi plan, al menos aprobemos aquello en lo que todos estamos de acuerdo”, dijo Biden en un discurso ante una sesión conjunta del Congreso el mes pasado. “El Congreso necesita aprobar una propuesta este año para asegurar finalmente la protección de los dreamers; los jóvenes cuyo único hogar que han conocido es Estados Unidos”.
Julie Rodriguez, la directora de asuntos intergubernamentales de la Casa Blanca, tuiteó que entre los beneficiarios del DACA que se reunirán con Biden hay profesores y trabajadores de salud y agrícolas que “han estado en la primera línea durante toda esta pandemia, manteniendo a nuestras comunidades protegidas, educadas y alimentadas”.
Entre los invitados, de acuerdo con la Casa Blanca, están:
Maria Praeli, una defensora de los derechos de loo9s inmigrantes que se mudó de Perú a Estados Unidos cuando tenía cinco años para que su hermana recibiera atención médica
Esmeralda Tovar-Mora, quien llegó a Kansas procedente de México cuando tenía 18 meses de edad. Asiste a la Universidad mientras trabaja como asistente social en un centro de salud mental y como ayudante de medicación en una casa para ancianos. Es madre de un pequeño de tres años y su esposo sirve en la Guardia Nacional de Kansas.
Astou Thiane, profesora y defensora del DACA, inmigró de Senegal cuando tenía siete años y se enteró de su estatus migratorio cuando hizo su solicitud para la universidad.
Leydy Rangel, hija de trabajadores agrícolas inmigrantes en California. Ahora, trabaja con un grupo de defensa sin fines de lucro que ayuda a inmigrantes, agricultores y latinos de las zonas rurales de California.
Jrayut “New” Latthivongskorn, quien llegó al país procedente de Tailandia cuando tenía nueve años y ahora es médico residente de segundo año en San Francisco.
Karen Reyes, cuya madre la trajo a Estados Unidos desde México cuando tenía dos años. Ahora es maestra de jardín de infantes para estudiantes con problemas de audición o sordos.