La Cumbre Iberoamericana de Andorra no es ajena a la pandemia del Covid-19. América del Sur es uno de los continentes más afectados por la crisis sanitaria global ya que, debido a la precaria y delicada situación económica y social que se vive en muchos de sus países, la situación de sus ciudadanos es preocupante. La relación de España y Portugal con Iberoamérica es, desde hace siglos, muy estrecha, y la colaboración económica entre sendos países, bidireccionalmente, también, por lo que todos los actores saben que es necesario mantener los lazos que les une y que les acerca desde hace muchos años.
A su aplazamiento un año entero debido a la pandemia se le suma un formato híbrido en el que participan activos importantes como el rey Felipe VI; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; el de Guatemala, Alejandro Giammattei; y el de la República Dominicana, Luis Abiner; el presidente de la República de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa; y el primer ministro, António Costa; frente a las conexiones telemáticas, entre otras personalidades, del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
El rey Felipe VI aseguró que España seguirá siendo un "referente" para Iberoamérica para seguir ayudando y colaborando con sus economías, muy perjudicadas debido a la pandemia: "Los efectos de la pandemia de la Covid-19 sobre la economía mundial han sido muy negativos –sin precedentes en nuestra reciente historia– y, evidentemente, los países que conformamos la Comunidad Iberoamericana nos hemos visto también muy afectados. Se trata de una crisis global, pero su impacto está siendo diferente en función de la estructura económica de cada país y de los sectores en los que esté especializado".
"Gracias a los sólidos lazos históricos, culturales, lingüísticos y económicos que unen América Latina con España, nuestro país desea desempeñar un papel de la mayor relevancia posible en el proceso de recuperación de Iberoamérica. Trabajando juntos, el sector exterior puede ser de nuevo el gran dinamizador económico que impulse la recuperación en ambos continentes", subrayó Don Felipe.
"En este sentido, los acuerdos comerciales de la Unión Europea con países latinoamericanos, que España siempre ha impulsado decididamente en el seno comunitario, pueden desempeñar un papel clave: la modernización de los existentes, el avance de los ya acordados pero que están pendientes de ratificación, o el mejor aprovechamiento de los que están en vigor desde hace relativamente poco tiempo, serán un gran apoyo para la recuperación de nuestras economías", añadió el monarca.
"España es uno de los principales países inversores en Iberoamérica y queremos seguir siendo una referencia en la región. Las empresas españolas, grandes, medianas y pequeñas, están presentes en sectores estratégicos como el de infraestructuras, energías, financiero o tecnologías de la información y comunicación. España es destino natural de las llamadas empresas multilatinas, cuya presencia cada vez mayor en el mercado español y europeo queremos seguir fomentando. Contar con la experiencia y conocimientos adquiridos por estas empresas a lo largo de los años es un activo muy relevante y es necesario ponerlo en valor con convicción y fortaleza", indicó Don Felipe.