Felipe VI ha subrayado este martes, durante el acto conmemorativo del 40º aniversario de la intentona golpista del 23 de febrero de 1981, la "firmeza y autoridad" del rey Juan Carlos I que "fueron determinantes para la defensa y el triunfo de la democracia”. Esta es la primera vez que el monarca cita expresamente a su antecesor, su padre, desde que se marchara de España el pasado agosto a Emiratos Árabes Unidos tras las informaciones surgidas en torno a sus presuntas cuentas fraudulentas en paraísos fiscales.
En el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de los Diputados, antes las más altas autoridades del Estado, Felipe VI condenó que "hace hoy 40 años España vivió un ataque de extraordinaria gravedad contra su sistema democrático de derechos y libertades, aprobado por la Constitución de 1978. El Congreso de los Diputados permaneció temporalmente cautivo por la actuación de fuerzas contrarias al camino de libertad y progreso emprendido por los españoles con una gran ilusión y esperanza en el futuro".
“Ante aquella inaceptable fractura del legítimo y legal orden democrático, el rey Juan Carlos I asumió como Jefe del Estado su responsabilidad y su compromiso para que se tomaran ‘todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente' que ya forma parte de la memoria colectiva del país", aseguró Don Felipe.
El Rey recordó cómo él, siendo niño, fue "testigo de aquel episodio histórico" porque permaneció durante 18 tensas horas junto a su padre, un espacio de tiempo en el que se aprendió "el incalculable valor que la libertad tiene para el pueblo español". El monarca también elogió "la honda convicción democrática "de los parlamentarios y miembros del Gobierno secuestrados en la noche del 23 al 24 de febrero, subrayando “el rechazo institucional y ciudadano a la ruptura de nuestro marco de convivencia fue decisivo para detener y vencer aquel golpe de Estado”.
Sin embargo, no hubo una representación unánime del Parlamento. 7 de los 17 partidos del Congreso de los Diputados no participaron del acto: ERC, JxCAT, PDeCAT, EH-Bildu, BNG, la CUP y el PNV. Los primeros seis aseguraron que no participarían en un acto cuyo objetivo era "blanquear a la Corona en una operación de Estado para salvar el régimen del 78". El portavoz nacionalista vasco, Aitor Esteban, justificó su ausencia en "las brumas" que todavía envuelven a la intentona golpista y lamentó que la negativa a reformar la Ley de Secretos Oficiales impida conocer la verdad.
Felipe VI fue recibido en la Carrera de San Jerónimo por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; y la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet. Junto a ellos estaban la presidenta del Senado, Pilar Llop; el presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas; y el presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes. Tras la foto de rigor, el monarca se acercó a los congregados ante la Cámara Baja para agradecer su apoyo. Don Felipe saludó en el Escritorio del Reloj a los invitados, entre ellos, los dos únicos padres vivos de la Constitución, Miquel Roca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón; así como el líder de la oposición, Pablo Casado.