Felipe VI cumplió 53 años el pasado sábado y ya son seis los cumpleaños que ha pasado como Rey de España. La obligada abdicación de Don Juan Carlos a raíz de los escándalos del caso Nóos y de sus escarceos y presuntas cuentas opacas en paraísos fiscales hicieron que la Corona tuviera a principios de la década una de las peores valoraciones por parte de la ciudadanía. Aunque ha costado, Don Felipe ha ido recuperando parte de la confianza perdida y le sitúan, junto a la reina Sofía, como los miembros más queridos de la Familia Real. ¿A qué se debe este cambio? ¿Ha habido algún cambio real entre un reinado y otro?
La respuesta es clara: sí. No obstante, presenta el incómodo matiz de que ocurre demasiado lento. Felipe VI enarboló la bandera de la ejemplaridad como uno de los principales pilares de su reinado y, por ahora, lo ha cumplido. Nada más llegar a Zarzuela modificó el reglamento para abrir puertas y ventanas de la sede de la Jefatura del Estado con el objetivo de que los movimientos bancarios de la Casa Real estuvieran a disposición de la ciudadanía. Además, se ha intentado distancias lo máximo posible de su padre. En marzo le retiró la asignación anual que le correspondería como miembro de la Familia Real y le invitó a irse del país después de que las investigaciones en torno a su figura estén avanzando tanto en Suiza como en España.
Don Felipe no tiene la simpatía y cercanía de su padre. Es muy parecido a su madre: regio, serio, tranquilo… Y está muy preparado. Sabe bien el puesto que ocupa y conoce quién le apoya y quién quiere derribarle. Por eso anda con pies de plomo, para no dar ningún titular fuera de lo meramente institucional. No obstante, desde Zarzuela intentan dar una imagen de cercanía del Rey a través de todos los actos que tanto Don Felipe como la reina Letizia han protagonizado estos meses, ya fuera telemáticamente o de manera presencial. El monarca visitó el Hospital de Ifema nada más inaugurarse en abril o ha reconocido en cantidad de ocasiones la labor de los profesionales sanitarios durante la pandemia.
Casa Real ha cambiado, sí, y le queda mucho camino por recorrer. A las dudas que surgen en torno a una posible Ley de la Corona que regulara al milímetro las actuaciones de los miembros de la Familia Real, se suma un dato que, hasta hace poco, era difícil de creer: Felipe VI gana adeptos y la valoración de la Monarquía frente a la República se distancia cada vez más. Si en verano había una diferencia de pocos puntos entre los dos tipos de Jefatura del Estado, ahora se distancian casi 20 entre aquellos que prefieren la figura del Rey y aquellos que preferirían un presidente de la República.