Desde el año pasado, diferente personal de la embajada estadounidense en La Habana (Cuba) asegura estar recibiendo ataques “sónicos” que les han dejado secuelas: daños auditivos, mareos e incluso daños cerebrales. Por su parte, desde el gobierno de Cuba dicen no saber nada de los ataques y prestan colaboración a la vez que tratan de no politizar el asunto.
Sin embargo, la realidad es que la Casa Blanca ha retirado al personal no imprescindible de la embajada y está investigando el profundidad el tema. Además, desde el gobierno norteamericano resaltan la “incapacidad” de la isla para proteger al personal estadounidense.
Pero, ¿cómo se escuchan esos ataques? Desde Columna Cero hemos conseguido una grabación de lo que algunos trabajadores de la Embajada de Estados Unidos escucharon en La Habana (las grabaciones no son peligrosas para quienes las escuchan).
“Ese es el sonido”, dijo una de las personas que escucharon los ataques. Puede parecer un único sonido, como un montón de grillos, algo agudo. Sin embargo, son 20 o más frecuencias diferentes incrustadas. “Hay unos 20 picos, y parecen estar espaciados por igual. Todos estos picos corresponden a una frecuencia diferente”, dijo Kausik Sarkar, experto en acústica y profesor de ingeniería de la Universidad George Washington, quien revisó la grabación.
Sin embargo, esas frecuencias podrían ser sólo una parte de la imagen. Los dispositivos de grabación convencionales y las herramientas para medir el sonido pueden no captar frecuencias muy altas o muy bajas, como las que se encuentran por encima o por debajo de lo que el oído humano puede escuchar.
Por eso, a algunos empleados de la embajada se les han suministrado dispositivos de grabación para encenderlos si escuchan los sonidos.
El Departamento de Estado ha dicho que 22 estadounidenses están “confirmados médicamente” como afectados y que el número podría crecer. Los síntomas y las circunstancias sufridas han variado ampliamente, haciendo que algunos de ellos sean difíciles de relacionar de manera concluyente con los ataques. Los incidentes comenzaron el año pasado y se consideran “continuos”, con un ataque reportado recientemente a finales de agosto.
Cuba ha defendido su respuesta “exhaustiva y prioritaria”, enfatizando su afán de ayudar a la investigación estadounidense.