Jim Carrey es uno de los actores más importantes de la escena de Hollywood en los últimos 20 años, cuando menos. Sin embargo, su imagen cada vez más decadente ha desaparecido paulatinamente del foco del espectáculo, y es que hay quienes apuntan que el protagonista de Irene, yo y mi otro yo, hace tiempo que ha perdido la cabeza, y todo por una serie de eventos cuando menos extravagantes que lo alejan de la realidad y ha despertado una serie de teorías conspiranoicas y de corte satánico en torno a su carrera.
Carrey es una de los actores más versátiles en los últimos años. Dueño de un rango increíble, puede ir de la comedia a el drama con tal maestría pocas veces vista en el mundo del cine. Desgraciadamente, una de las últimas imágenes que se tiene del hombre, pues en los últimos años ha filmado muy poco, es un misterioso show en el Late Night de Jimmy Kimmel en el cual al parecer el actor intentó advertir de ciertas fuerzas oscuras como las de los ilumitatis, secta que de acuerdo con el actor, dominan el mundo y tienen perversos intereses. El video se encuentra en YouTube.
Lo raro del asunto es que unos días más tarde, su entonces ex pareja de la que recientemente se había separado, apareció muerta de una misteriosa forma; por una supuesta sobre dosis, aunque la mujer no consumía drogas. El mismo actor declaro que todo fue una represalia de aquellos oscuros grupos los haber develado todo aquello en el programa de Kimmel. No obstante, nunca se ha comprobado nada y son más los que piensas que son ideas ilusorias del ahora también pintor.
Pero la cosa no para ahí, sino que hay quienes van más allá y aseguran que el éxito de la carrera de Carrey se lo debe a ritos satánicos en el seno de Hollywood. Como el famoso club de los 27 que existe en el mundo del rock, en el mundo del cine existe el club de los 23, un selecto grupo dedicado exclusivamente para actores que cobran más de 23 millones por producción.
De acuerdo con estimaciones del periodista Carlos Martínez, de MVS radios, el actor habría entrado al grupo luego de su participación en Mentiroso, mentiroso, del año 1997, primera película del actor en la que pudo cobrar dicha cifra, luego del gradual despliegue que tuvo su carrera después de hacerse famoso mundialmente con Ace Ventura.
Pertenecer al grupo de los 23, cuentan los rumores, te da privilegios, por ejemplo, el de una carrera sólida y con ciertos privilegios de papeles a cambio claro, de misteriosos rituales y claro, favores en retribución de la fama absoluta. Pero lo extraño de todo es que de acuerdo con el mismo periodista, el actor de El grinch, habría sido considerado para presidir dicho club pues el entonces mandamás, el director Martin Scorsese, estaba por dejar el cargo.
Lamentablemente fue precisamente en ese momento en que la ex novia Carrey fallece y todo se vino abajo, y los mejores momentos de Jim Carrey parecen haber quedado en el olvido, luego de muchas malas decisiones, pues ahora su tiempo lo invierte mayormente como conferencista y un apenas afamado pintor de mangos.
En una teoría mucho más amable, y dicho sea de paso, mucho más realista y asequible, hay quienes aseguran que precisamente el involucrarse tanto con su carrera a través con la actuación del método, fue lo que terminó por desconectar al hombre de la realidad y al mismo tiempo que entregaba actuaciones magistrales como en Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, el sujeto perdía cada vez más conexión con la realidad.