El paparazzi y colaborador de “Sálvame”, Gustavo González, ha dado la noticia: Juan Carlos I viajó a Madrid, rodeado de secretismo, para someterse a una revisión médica, un viaje de ida y vuelta del que no se informó a los españoles. Según el paparazzi: “El emérito pasó varios días en Madrid y se alojó en el palacio de La Zarzuela, residencia oficial de su hijos, el rey Felipe VI, y su nuera Letizia”.
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Desde Casa Real no se confirma ni desmiente esta información: si el padre del actual rey estuvo en Madrid o si mantuvo algún tipo de reunión con su hijo durante esos días. Con Letizia, según el paparazzi, no habría tenido ningún tipo de conversación, pues es sabido por todo el mundo que ambos mantienen una muy mala relación. Tampoco hay constancia de la presencia de doña Sofía en la clínica en la que se realizó el examen.
Las últimas informaciones sobre Juan Carlos I tratan que varios miembros de su familia podrían haber pasado con él la Nochebuena en su residencia en Abu Dhabi. Y el pasado 5 de enero, Elena junto a sus dos hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica, regresaron al emirato para celebrar el cumpleaños del emérito. Los tres, junto a sus escoltas, viajaron en un avión privado.
El estado de salud es un asunto que preocupa, y mucho, a sus hijos, pues Juan Carlos I tiene importantes problemas de movilidad. Incluso, la fotografía publicada hace solo unos días, en la que se le podía ver caminando con mucha dificultad, y ayudado por varios de sus escoltas, en el puerto deportivo de su lugar de “exilio”, Abu Dabi, podría ser un aviso sobre su mal estado. De esta manera, estaría presionando para poder volver a España y que no le pongan trabas a pesar de sus problemas con la justicia.
Una fuente muy próxima a la Casa Real aseguraba en el periódico “La Razón”: “Don Felipe está al tanto, día a día, de la situación del rey Juan Carlos, que nadie crea que tiene olvidado a su padre. Una cosa son sus deberes de Estado y otra la preocupación de un hijo que sufre en silencio por el estado de quien fue su guía en la vida durante tantos años (…) Su corazón no es de piedra, pero se siente excesivamente presionado y no le queda más remedio que aceptar este distanciamiento paterno filial”.