Se trata sobre la soberanía de la disputada región de Esequibo.Maduro solicita estos contactos "como camino para evitar decisiones ajenas a la legalidad internacional que pueden poner en grave riesgo la paz y la seguridad de la región", en referencia a la decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de declararse competente sobre este contencioso. "La dura experiencia histórica de agresiones económicas y despojos territoriales por parte de potencias imperiales nos dejó una lección, jamas someter nuestra soberanía a las decisiones de instancias internacionales que pongan en peligro nuestra independencia política e integridad territorial", señala Venezuela en su misiva.
"La competencia de la Corte descansa en el consentimiento de las partes, un consentimiento que mi país no ha dado, siendo firme, claro y coherente desde el inicio con su posición histórica", ha subrayado. "En sus manos está el encauzamiento de una controversia territorial mediante medios pacíficos, una solución amistosa, práctica y satisfactoria para ambas partes", ha planteado Maduro. "Solo las conversaciones directas entre Estados soberanos pueden acercarnos a una solución verdaderamente negociada, amistosa y definitiva en esta controversia territorial", ha insistido.
La carta ha sido dada a conocer en redes sociales por el Ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza. "Solo las conversaciones directas entre los Estados soberanos pueden acercarnos a una solución sobre la controversia heredada de las rapiñas coloniales del siglo XIX", ha indicado.
La posición venezolana se basa en el acuerdo firmado en 1966 en Ginebra entre Venezuela y Reino Unido, antigua potencia colonial de Guyana, el cual reconoce que Esequibo es un territorio en disputa y fija una "hoja de ruta" para resolverla concediendo al Secretario General de la ONU la potestad de elegir una vía de solución pacífica.
El anterior Jefe de la ONU, Ban Ki Moon, reactivó en 2017 los buenos oficios, que quedaron suspendidos en 1990, y dio un plazo de un año a las partes para pactar. Una vez agotado el tiempo, su sucesor, António Guterres, decidió enviar el caso a la CIJ.
El Esequibo es un territorio de 159.542 kilómetros que posee importantes recursos naturales (petroleros, gasísticos, mineros, hidráulicos y forestales) y un gran potencial turístico. Está administrado por Guyana conforme a un laudo arbitral de 1899 que Venezuela considera nulo porque las negociaciones secretas, que se conocieron años después, revelan vicios del consentimiento.
La disputa ha vuelto a tomar relevancia a nivel internacional a partir de 2016, cuando la estadounidense Exxon Mobil comenzó una exploración petrolera, pese a las denuncias de Venezuela, cuya soberanía, ha denunciado, se está viendo nuevamente amenazada desde el mes de septiembre, cuando Washington y Guyana anunciaron que desplegarían patrullas marítimas en la zona con el pretexto de luchar contra el narcotráfico.