Malas noticias relacionadas con el asalto al Capitolio del pasado 6 de enero: aumenta el número de víctimas por el asalto de “terroristas domésticos”. Esta vez no ha sido un asaltante, sino una de las personas que intentó frenar el avance de la turba seguidora de Donald Trump: un agente del cuerpo de Policía del Capitolio, que falleció este mismo jueves por culpa de las heridas sufridas durante el asalto, la surrealista invasión de férreos seguidores de Donald Trump, presidente saliente de los Estados Unidos, al edificio que simboliza la democracia del país, según ha anunciado el Cuerpo de Policía.
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Con este, ya se han contabilizado cinco los muertos por culpa de los incidentes, que se han producido cuando los congresistas ya estaban reunidos para ratificar la victoria del candidato demócrata, Joe Biden, en las elecciones presidenciales que se celebraron el pasado mes de noviembre.
El agente se llamaba Brian Sicknick y fue herido mientras intentaba frenar con su cuerpo al grupo de alborotadores que no querían permitir la victoria de Joe Biden. Según ha informado el cuerpo de policía a través de un comunicado: “El agente Sicknich estaba respondiendo a los disturbios… y fue herido mientras interactuaba físicamente con los manifestantes”. Cuando llegó a la oficina del departamento al que pertenecía, el agente cayó al suele y tuvo que ser llevado de urgencia a un centro hospitalario. La policía de Washington ya está investigando su muerte.
Además de este agente de policía han perdido la vida en el asalto cuatro personas que formaban parte del grupo de asaltantes: la primera fue Ashli Babbitt, de 35 años de edad y residente en la ciudad de San Diego (California); después, Benjamin Phillips, de 50 años de edad y de la localidad de Ri (Pensilvania). Igualmente perdieron la vida Kevin Greeson, de 55 años y de Athens (en Alabama) y, para terminar, Rosanne Boyland, de 34 años de edad y de Kennesaw (localidad situada en Georgia). Todos tenían en común ser seguidores de Donald Trump y estar convencidos del robo de las últimas elecciones presidenciales del pasado mes de noviembre a favor de Joe Biden.
Así lo ha anunciado Robert Contee III, jefe del Departamento de Policía Metropolitano de la ciudad de Washington D.C, durante una rueda de prensa en la que no se quiso dar más detalles sobre lo que rodea a estas muertes, aunque sí se ha confirmado que tres de ellas han sucedido por “emergencia médica” y otra por una herida de bala.
Este último caso es el de la primera víctima mortal del asalto, Babbitt, la mujer residente en San Diego que falleció después de recibir un disparo, presuntamente, de un agente de la Policía del Capitolio, según el comunicado publicado por el mencionado cuerpo, que se encarga solamente de la seguridad del edificio y de los cercanos, que son propiedad del Gobierno. La Policía del Capitolio ha explicado: “Se brindó asistencia médica de inmediato y la mujer fue trasladada al hospital, donde más tardes sucumbió a sus heridas”.
Varios vídeos difundidos por las redes sociales muestran a Babbitt intentando entrar en un área del Capitolio a través de una ventana que estaba rota, flanqueada por otros asaltantes y, entonces, un policía apretó el gatillo, hiriéndola en el cuello y acabando con su vida. Según varios medios de California, la primera víctima del asalto era veterana de las Fuerzas Armadas, libertaria y una gran defensora de Trump y de la Segunda Enmienda (el derecho a portar armas).