Si le preguntas a alguien acerca del impacto que tiene la piratería en las ventas, probablemente te diga que industrias como la música han perdido miles de millones por culpa de las descargas ilegales. Sin embargo, un estudio en profundidad que la Unión Europea encargó en el año 2014 a la empresa Ecorys por valor de 369 euros afirma ahora que eso no es cierto. De hecho, las conclusiones han sido tan demoledoras que la propia UE lo dejó desde 2015 en un cajón hasta que Julia Reda, parlamentaria europea y representante del Partido Pirata alemán, realizó una petición formal (la UE se mostró reticente en unos cuantos correos). Finalmente, el estudio ha salido a la luz y la Comisión encargada ha puesto la excusa de que estaba a punto de publicarlo. Sin embargo, no ha explicado el motivo de por qué lo ha tenido en un cajón desde 2015 o de por qué el 2016 publicó un informe basándose en un dato parcial del estudio que distorsionaba las conclusiones principales.
What the @EU_Commission found out about #copyright infringement but ‘forgot’ to tell us https://t.co/Sxshdxy3KZ pic.twitter.com/Vk4Q74k1Hv
— Julia Reda (@Senficon) 20 de septiembre de 2017
Las principales conclusiones de este estudio dicen así:
En 2014, el 51 por ciento de los adultos y el 72 de los menores de la UE han descargado o hecho streaming ilegal de algún contenido alguna vez. Los mayores índices aparecen en Polonia y España. Sin embargo, los resultados no muestran ninguna evidencia estadística de que la piratería desplace a las ventas. Esto no significa que la piratería pueda tener algún efecto, pero desde luego el análisis estadístico no prueba que existe una relación. La única excepción son los estrenos recientes. Los resultados muestran un desplazamiento del 40 por ciento, lo que significa que por cada diez películas de estreno vistas ilegalmente, se ven cuatro menos de forma legal.
Posteriormente, se explica el motivo de por qué ocurre ese desplazamiento de ventas en el cine: los precios.
Los análisis indican que los precios de las películas y series de TV de estreno están un 80 por ciento por encima del precio que los consumidores de piratería están dispuestos a pagar. Los libros, la música o los videojuegos, en cambio, sí que están a un precio que se corresponde con la intención de pago de las personas que piratean. Esto sugiere que una bajada de precio en libros, música o videojuegos no tendría un efecto en las ventas de esos productos, pero el cine sí que mejoraría sus ratios de desplazamiento ocasionados por la piratería.
Pero ahí no acaban las conclusiones. Después de afirmar que la piratería no reduce ventas, el estudio afirma que, en el caso de los videojuegos, no es que no las reduzca sino que las aumenta. Este sector ha encontrado otras formas de que las personas que piratean juegos acaben pasando por caja y pagando contenidos o servicios relacionados con el propio juego.