La contaminación atmosférica y acústica, los efectos del cambio climático, como las olas de calor, y la exposición a productos químicos peligrosos causan un deterioro de la salud en Europa. Las deficiencias medioambientales del entorno contribuyen al 13 % de las muertes registradas, de acuerdo con una evaluación general sobre la salud y el medio ambiente publicada hoy por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).
Mejorar la salud y el bienestar de los ciudadanos de la Unión Europea es hoy más importante que nunca, cuando la atención está actualmente enfocada en afrontar la pandemia de COVID-19. La pandemia constituye un patente ejemplo de los complejos vínculos existentes entre el medio ambiente, nuestros sistemas sociales y nuestra salud.
Una proporción significativa de la carga de morbilidad en Europa sigue siendo atribuida a la contaminación ambiental derivada de la actividad humana, según el informe de la AEMA «Healthy environment, healthy lives: how the environment influences health and well-being in Europe» [Medio ambiente saludable, vidas saludables: la influencia del medio ambiente en la salud y el bienestar en Europa]. El informe, que se basa en gran medida en datos de la Organización Mundial de la Salud sobre las causas de muerte y enfermedad, subraya hasta qué punto la calidad del medio ambiente en Europa juega un papel decisivo a la hora de determinar nuestra salud y nuestro bienestar. Pone de relieve cómo las carencias sociales, los hábitos poco saludables y los cambios demográficos en Europa influyen en la salud ambiental, afectando con especial virulencia a los más vulnerables.
«Existe una relación evidente entre el estado del medio ambiente y la salud de la población. Todos debemos comprender que al cuidar de nuestro planeta no solo estamos salvando ecosistemas, sino también vidas, especialmente las de los más vulnerables. La Unión Europea es fiel a este enfoque y mediante la nueva Estrategia sobre Biodiversidad, el Plan de Acción de la UE para la Economía Circular y otras iniciativas futuras se encuentra en vías de crear una Europa más resiliente y saludable para los ciudadanos de la Unión y de terceros países», declara Virginijus Sinkevicius, Comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca.
«La COVID-19 ha sido una nueva señal de alarma que nos ha llevado a cobrar conciencia inmediata de la relación existente entre nuestros ecosistemas y nuestra salud, así como de la necesidad de enfrentarnos a los hechos: el modo en que vivimos, consumimos y producimos son perjudiciales para el clima y afectan negativamente a nuestra salud. Empezando por nuestra Estrategia “De la Granja a la Mesa” para una alimentación sostenible y saludable y pasando por el futuro Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, hemos adquirido el firme compromiso de proteger la salud de nuestros ciudadanos y de nuestro planeta», afirma StellaKyriakides, Comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria.
«Si bien se aprecian mejoras en el estado del medio ambiente en Europa y un enfoque claro en el Pacto Verde para un futuro sostenible, el informe indica que son necesarias medidas contundentes para proteger a las personas más vulnerables de la sociedad, ya que la pobreza se asocia con frecuencia a una vida en malas condiciones ambientales y con mala salud. El tratamiento de estas conexiones debe formar parte de un enfoque integrado para lograr una Europa más inclusiva y sostenible», afirma Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA.