En particular ha advertido de que no tolerará la "profanación" de estos "lugares sagrados", a los que la gente acude para "depositar flores y rendir homenaje a los defensores de la Patria". Estos monumentos son homenajes a la lucha durante la Segunda Guerra Mundial, pero se identifican también con el pasado soviético de Bielorrusia. "En la última guerra Bielorrusia perdió un tercio de su población. Fue prácticamente borrada de la faz de la Tierra. Miles de monumentos han sido levantados en nuestra tierra como recuerdo del padecimiento. Son sagrados para nosotros", ha subrayado, en declaraciones recogidas por la Agencia de Noticias oficial de Bielorrusia, BELTA.
"No podemos contemplar con calma cómo se celebran actos en estos lugares con las banderas con las que los fascistas organizaron matanzas de bielorrusos, rusos, judíos y de otras nacionalidades", ha argumentado, en referencia al uso de la bandera blanca y roja empleada por los bielorrusos aliados de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. La bandera también fue oficial en Bielorrusia entre 1991 y 1995.
El Ministerio de Defensa ha informado de que a partir de este 23 de agosto, estos monumentos están bajo custodia de esta institución. "Advertimos categóricamente que los que violen el orden y la paz en estos lugares, tendrán que vérselas con el Ejército en lugar de la policía", advierte.
"Ante la dinámica de los acontecimientos no se puede descartar que en el futuro las fuerzas destructivas intenten tomar el poder provocando disturbios generalizados y el uso de armas", ha indicado Jrenin, según recoge el portal de noticias Tut. by.
En particular, ha mencionado las posibles aspiraciones anexionistas de Polonia, aunque sin mentar directamente al país vecino. "La situación más difícil puede darse en las regiones occidentales del país, donde desde hace tiempo intentan convencer a nuestra población de su afinidad étnica y cultural con uno de nuestros vecinos más cercanos", ha argumentado. Así, incluso se ha referido al "peligro de infiltración por la frontera occidental" por parte de los "servicios secretos de los países occidentales".
Jrenin ha denunciado además el reciente envío de 18 cazas F-16 estadounidenses de Alemania a Polonia que podrían ser utilizados como "apoyo aéreo", ya que estarían en la frontera con Bielorrusia "en unos 22 minutos". En ese sentido también ha criticado la estrategia de la OTAN, centrada en el envío de tropas en una "respuesta a una crisis".
Desde el 22 de agosto las Fuerzas Armadas bielorrusas están en situación de preparadas para el combate, una situación sin precedentes desde hace un cuarto de siglo, según ha destacado el propio Presidente Lukashenko.
Moscú acusa a la oposición de seguir "el guión venezolano"
En otro orden de cosas, el Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha advertido de que la oposición bielorrusa está siguiendo "el guión venezolano" o ucraniano para intentar derrocar al Presidente Alexander Lukashenko. "Los opositores proponen negociar con las autoridades actuales sólo las condiciones de la salida del presidente de Bielorrusia (…). Es similar a lo que ocurre en Venezuela, cuando un presidente legítimo es declarado paria", ha afirmado Lavrov durante un foro juvenil en la ciudad de Solnechnogorsk, cerca de Moscú.
Además, Lavrov ha advertido de que existen "fuerzas externas" que intentan provocar un "baño de sangre". "Hay quienes quieren que la situación que es pacífica en Bielorrusia derive en violencia, buscan provocar un derramamiento de sangre y que se repita el escenario ucraniano", ha añadido, según recoge la Agencia de Noticias rusa Sputnik.
Según el escrutinio oficial de las elecciones presidenciales del 9 de agosto, Lukashenko obtuvo el 80,1% de los votos, seguido de Svetlana Tiajnovskaya, con el 10,12% de los apoyos. Los otros tres candidatos reunieron juntos poco más del 4%. La oposición bielorrusa exige la repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado de forma contundente. Además, la oposición denuncia fraude y buena parte de la comunidad internacional no reconoce el resultado. Los bielorrusos han venido mantendiendo desde entonces multitudinarias manifestaciones contra el veterano mandatario, en el poder desde 1994, que se han saldado hasta la fecha con al menos dos muertos, cientos de heridos y miles de detenidos, la mayoría de los cuales ya han sido liberados.