La entrevista de Corinna Larssen en la BBC ha dado para mucho, por ejemplo, para conocer cuándo se conocieron el entonces monarca, don Juan Carlos I y la comisionista alemana. Según Corinna, la relación se inició cuando se vieron por primera vez en el mes de febrero del año 2004, en una feria de tiro, y tras entablar una corta conversación, decidieron intercambiarse los números de teléfono y empezaron a hablar con cierta regularidad.
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La alemana asegura que entre ellos surgió una relación romántica que duró entre los años 2004 y 2009. Eso sí, su presencia en la polémica cacería en Botswana que tuvo lugar en el año 2012 fue un obsequio a su hijo por parte del propio don Juan Carlos, al que le había cogido mucho cariño y en un intento de retomar la relación. Corinna sostiene que no tenía ganas de realizar ese viaje. Tenía la sensación de que Juan Carlos estaba intentando volver con ella y la alemana no quería que se llevase una impresión equivocada. Sobre ese viaje, Corinna asegura que casi tuvo premoniciones.
En un momento dado de la entrevista, Corinna reconoce que el rey tenía interés en formalizar la relación que les unía. En el año 2009, don Juan Carlos visitó al padre de Corinna para hablar con él y transmitirle que iba en serio con su hija. Pero Corinna decidió poner fin a la relación ese mismo año.
Pero fue años más tarde cuando, el 13 de abril del año 2012, sale a la luz que el rey había sufrido un accidente durante una jornada de caza: el monarca había abatido un ejemplar de elefante de gran tamaño y cayó en su tienda de campaña. La caída le provocó la ruptura de la cadera, lo que provocó que fuera repatriado de urgencia a España para poder ser operado de urgencia en medio de una grave crisis económica. De esta manera, la ciudadanía se enteraba del viaje del monarca, el motivo del mismo y las circunstancias en las que tuvo lugar.
Corinna confirmó en la entrevista que la encargada de organizar el viaje de regreso y, desde que tuvo lugar el escándalo, la alemana ha estado bajo vigilancia. Y fue el principio de una auténtica campaña de desprestigio hacia la comisionista. Lo que se buscaba con esta campaña era compararla con Wallis Simpson, una especie de Lady MacBeth, un personaje malvado que llegó a la vida de un hombre maravilloso al que llevó por el camino del mal en este viaje a África en medio de una grave crisis económica.