Al menos siete personas, cinco civiles y dos miembros de las fuerzas de seguridad, han muerto a causa de un ataque aéreo realizado este miércoles sobre un puesto de control situado a las afueras de Saná, la capital de Yemen, controlada por los rebeldes huthis.
El bombardeo se ha dirigido contra el puesto de control del distrito de Masajed, a unos diez kilómetros de Saná, y ha alcanzado a cinco civiles que iban en un taxi y a dos de los guardias que custodiaban el control de carretera.
Informe de la ONU
Según un reciente informe realizado por Naciones Unidas, ha señalado que en los primeros seis meses de 2017, Yemen ha sufrido más ataques aéreos que en todo el año anterior, lo que ha traído como consecuencia un aumento de las víctimas mortales.
Yemen se encuentra inmersa desde hace dos años, en una guerra que enfrenta al Gobierno de Abdo Rabu Mansur Hadi, apoyado por la coalición internacional que lidera Arabia Saudí, y a los huthis, respaldados por Irán y las fuerzas leales al ex presidente yemení Alí Abdula Salé.
La ONU no ha señalado responsables, pero ha remarcado que la coalición internacional es la que controla el espacio aéreo de Yemen. El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, ha reclamado una investigación sobre los bombardeos contra objetivos civiles.
Este conflicto bélico ha provocado una gran crisis humanitaria, en la que ya era la nación más pobre del Golfo. Más de 10 personas han muerto y el 80% de la población yemení, tiene necesidades humanitarias urgentes, según señala la organización internacional.