La corte de Corea del Sur ha condenado a Lee Jae-yong a cinco años de cárcel por un escándalo de soborno al ex presidente Park Guen-hye. El tercer hombre más rico de Corea del Sur y heredero del imperio Samsung fue acusado por hacer grandes donaciones a fundaciones dirigidas por un amigo cercano al ex presidente surcoreano a cambio de favores políticos.
Según los abogados de Lee, apelarán la decisión judicial porque están “seguros de que todos los cargos serán desestimados en otro juicio”. Por lo tanto, este caso judicial puede acabar en la corte suprema del país, donde se dictará sentencia definitiva el año próximo.
El tribunal consideró que Lee es culpable de soborno, malversación de fondos, ocultación de activos en el extranjero, ocultación de ganancias y perjurio. De hecho, tras el juicio, Lee salió del ministerio de justicia con esposas.
Además de él, otros cuatro altos ejecutivos de Samsung también fueron condenados y recibieron sentencias condenatorias de cuatro años de cárcel. La relación de Lee con el ex presidente Park podría terminar con el que fuera presidente enfrentándose a una condena de cadena perpetua, por este caso de corrupción y otros delitos anteriores.
Al parecer, la empresa donó 38 millones de libras esterlinas, algo más de 40 millones de euros, a una fundación cercana al presidente Park. Esta donación se hizo a cambio de que el Gobierno apoyase la fusión de dos filiales de Samsung que fortalecería el control sobre su grupo.
Samsung también fue acusada de financiar la carrera ecuestre de la hija de Choi, amigo del presidente Park y el encargado de controlar las fundaciones. Un favor que la empresa hizo para que el Gobierno diese el visto bueno a la fusión ya mencionada. Este movimiento empresarial tuvo muchos detractores, especialmente entre sus accionistas.
El gigante tecnológico aún no se ha pronunciado. Pero los empleados de la firma se han mostrado preocupados por su futuro. “La compañía ha estado en modo de emergencia debido al vacío de liderazgo y la situación de Lee hace que esto se agrave más”, ha afirmado una empleada al diario ‘The Guardian’.