Grupos de mujeres combaten desde hace tiempo a Estado Islámico. Primero fueron las mujeres kurdas y más tarde las árabes quienes decidieron ponerse en pie y tomar las armas frente a los ataques de este grupo. Estado Islámico ha cometido actos de gran crueldad y crudeza en los países donde viven estas mujeres, llevándose en muchos casos todo lo que éstas tenían.
Estado Islámico considera que el propósito de vida de una mujer debe ser la maternidad, la obligación de toda mujer es quedarse en casa y cuidar de su marido y sus hijos. Según un manual de comportamiento de EI, las niñas pueden contraer matrimonio a partir de los 9 años, siendo los 20 la edad tope para casarse.
Cientos de mujeres han sido secuestradas, violadas, torturadas y obligadas a convertirse al Islam o casarse con combatientes del grupo para crear un territorio gobernado por la ley islámica. Pero hay mujeres que no piensan quedarse de manos cruzadas y que luchan por su país, por su familia, por ellas mismas y por todas las mujeres que no pueden hacerlo.
Los grupos de milicia formados por mujeres tienen además una potente arma contra Estado Islámico, el miedo. Los miembros de EI no tienen miedo a la muerte, pero sí a morir y no ir al paraíso, algo en lo que las mujeres pueden influir. Para este grupo, si es una mujer la que acaba con su vida, jamás entrarán al paraíso. Por ello, cuando son mujeres las que les atacan, tienen mucho más que perder.