El senador por Vermont, Bernie Sanders, anunció este miércoles su retirada de las primarias demócratas, por lo que Joe Biden queda como único candidato del partido para disputar con Trump las elecciones presidenciales del mes de noviembre. El izquierdista ha alegado que "el camino a la victoria es virtualmente imposible" y su carrera presidencial vuelve a repetir el resultado de 2016, cuando perdió contra la candidata del 'establishment' demócrata, Hillary Clinton. No obstante, el veterano independiente manifestó que el movimiento progresista que ha liderado en los últimos cinco años ha dado "un importante paso hacia delante en la interminable lucha por la justicia económica, social, racial y medioambiental".
Sanders inició como favorito la carrera por la nominación y cosechó buenos resultados en los primeros Estados. Ganó en New Hampshire y Nevada y empató en Iowa con Pete Buttigieg, la mayor sorpresa de estas primarias. A partir de la votación en South Carolina, donde Biden arrasó con casi la mitad de las papeletas, el exvicepresidente cogió velocidad de crucero. En la importante cita del Supermartes, el pasado 3 de marzo, el moderado ganó en 10 de los 14 Estados que estaban en juego ese día. El fuerte apoyo que recibió Biden por parte del ala moderada del partido, la tardía retirada de Elizabeth Warren —única rival de Sanders entre el electorado más progresista— y el escaso voto afroamericano que cosechó el senador por Vermont, hicieron que la balanza se decantara progresivamente hacia Joe Biden.
Además, la campaña se ha visto fuertemente trastocada por la crisis sanitaria global que ha desatado la epidemia del coronavirus SARS-CoV-2. Estados Unidos es actualmente el epicentro de la enfermedad, con más de 400 infectados y 13 muertes. Esto provocó el aplazamiento de las primarias en varios Estados y el cambio de fecha de la Convención Nacional Demócrata, que se celebrará la semana del 17 de agosto en lugar de a mediados de julio.
A pesar de que Sanders ya no va a optar a la presidencia, confirmó que sus papeletas seguirán estando disponibles en los centros de votación para intentar recabar más delegados y poder influir significativamente en las decisiones que se tomen en la convención. De este modo, Sanders ha puesto punto y final a la que, por edad (tiene 78 años), podría haber sido su última oportunidad de convertirse en presidente de los Estados Unidos.