Aún las cifras no son precisas en el mundo entero, pero se espera un porcentaje alto de mortalidad de sacerdotes afectados por la pandemia.
La mayoría de los casos se trata de adultos mayores, entre ellos uno de 104 años que se había ordenado en la Segunda Guerra Mundial. El caso más joven es el de un sacerdote de 55 años que contrajo la enfermedad cuidando a su madre hasta el último día.
El Papa rezó en el Vaticano hoy, en la plaza de San Pedro, en una Roma lluviosa, flanqueado por dos símbolos:
-Uno es el crucifijo milagroso expuesto en la iglesia de San Marcelo en Via del Corso, que según la tradición católica salvó a la capital italiana de la peste de 1522, y al que Francisco besó en los pies tras su homilía.
-El otro fue la Virgen Salus Populi Romani, emplazada usualmente en la Basílica romana de Santa María la Mayor, a la que el Papa se encomienda y agradece en cada uno de sus viajes fuera de Italia.
El Papa rezó en el Vaticano hoy en la plaza de San Pedro, en una Roma lluviosa. pic.twitter.com/pL2OSLoQUV
— Martha Cruz Hernández (@_Martha83) March 27, 2020
Dentro de su discurso esta noche, Bergoglio enfatizó que nuestras vidas están tejidas y sostenidas por personas comunes, corrientemente olvidadas, que no aparecen en portadas de diarios y de revistas, ni en las grandes pasarelas del último show pero, sin lugar a dudas, están escribiendo hoy los acontecimientos decisivos de nuestra historia, refiriéndose al personal sanitario y todo aquel que sale a la calle a realizar trabajos que sostienen a los que nos encontramos en cuarentena.
El clero italiano vive un momento especialmente difícil, sobre todo en la diócesis de Bérgamo, una ciudad de Lombardía que se ha convertido en el epicentro de esta pandemia. En todo el país, las comunidades cristianas están perdiendo pastores que se habían puesto al servicio de los más pobres.