El Supermartes no ha podido ser mejor para Joe Biden. De los 14 estados que celebraban sus primarias, el exvicepresente con Barack Obama ha conseguido la victoria en nueve de ellos. Los estados sureños (Alabama, Carolina del Norte, Tennessee y Arkansas) han votado en masa a Biden.
Por su parte, el que partía como favorito, Bernie Sanders, ha arrasado en su estado natal (Vermont) y parece que se llevará la gran joya de las primarias: el estado de California, con 415 delegados en juego. Sanders ha conseguido, en parte, frenar el ascenso de su principal rival agenciándose Colorado y Utah.
Los resultados de Biden convierten las primarias del Partido Demócrata en un cara a cara con Sanders, y parece que va a estar muy ajustado. A falta de que finalice el escrutinio en varios estados (en California puede tardar días o incluso semanas) Biden toma la delantera y se coloca a más de 50 delegados de diferencia con respecto a Sanders. Previsiblemente, a partir de ahora la carrera demócrata se va a dividir claramente entre el apoyo de los moderados a Biden y el de los progresistas a Sanders.
El resto de precandidatos que seguían en la carrera han obtenido, como cabía esperar, resultados pobres. Mike Bloomberg, exalcalde de Nueva York, ha gastado alrededor de 500 millones de dólares en publicidad, algo sin precedentes hasta la fecha en unas primarias estadounidenses. Ha obtenido, no obstante, varios terceros puestos que le han permitido lograr 50 delegados, aunque el resultado no es el esperado y se plantea retirarse del proceso después del Supermartes. Elizabeth Warren, por su parte, no ha conseguido atrapar a los votantes más allá de los universitarios. Sus resultados son malos y todo apunta a que su precandidatura también ha terminado.
La conclusión principal que se puede sacar de este Supermartes es que la carrera va a seguir ajustada, quizá incluso hasta la Convención Nacional Demócrata que se celebrará en julio.