El Likud de Benjamín Netanyahu gana las elecciones legislativas de Israel tras hacerse con 36 diputados en el Knéset. El actual Primer Ministro de Israel supera a su principal adversario, el partido de centro izquierda Azul y Blanco liderado por Benny Gantz, y vuelve a ser el partido más votado dos elecciones y diez meses después.
El escrutinio avanza lentamente, pero con el recuento del 90% de los votos, el bloque conservador (compuesto por el Likud de Netanyahu, además del partido de ultraderecha Yamina y los ultra ortodoxos UTJ y Shas) obtendría 59 diputados y se impondría a los 54 conseguidos por el grupo de centro izquierda, liderado por Gantz. No obstante, aún le faltaría el apoyo de dos parlamentarios para lograr la mayoría absoluta (61 de los 120 escaños que componen la Knéset).
El voto conservador se ha mostrado fiel y ha acudido en masa a votar a Netanyahu a pesar de su implicación en tres casos de corrupción. Las buenas relaciones con Donald Trump, especialmente tras el plan de paz palestino-israelí presentado el pasado enero en la Casa Blanca, han mejorado la imagen del Primer Ministro y han frenado la caída electoral del Likud.
La participación subió con respecto a los anteriores comicios y llegó al 71%. Esta cifra sorprende a los expertos, que vaticinaban todo lo contrario dada la crisis del coronavirus y el hecho de tratarse de las terceras elecciones en menos de un año. Sin embargo, el incremento del índice de votación entre la población árabe y ortodoxa puede desbloquear la situación en el Knéset y llevar a Netanyahu de nuevo a Beit Aghion.
El reto que debe afrontar ahora Netanyahu es buscar el apoyo de Israel Nuestra Casa, el partido laico de corte conservador que dirige Avigdor Lieberman, ministro de Defensa entre 2016 y 2018. Lieberman ya tuvo la llave de la gobernabilidad en las legislativas de septiembre, y su papel en la formación de gobierno se antoja clave de nuevo.
Esta tarea no resultará fácil para el Primer Ministro, pues Lieberman reiteró anoche tras el cierre de las urnas que no desea la continuidad de Netanyahu como lider del Gobierno israelí. Esto prolongaría el bloqueo político en un parlamento muy dividido y polarizado.