Los restos arqueológicos del muelle de Valongo utilizado como mercado de esclavos procedentes de África y situado en la ciudad brasileña de Río de Janeiro ha sido declarado patrimonio de la Humanidad con el objetivo de preservar las evidencias de “uno de los episodios más brutales de la historia de la Humanidad”.
La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), ha apuntado que hasta 900 esclavos africanos llegaron a Brasil a través del muelle, el puerto de esclavos más activo del país desde su construcción en 1811 hasta su demolición en 1842.
La organización ha señalado que los almacenes construidos en Valongo pudieron albergar a más de 2 cautivos de forma simultánea, a menudo en condiciones infrahumanas que provocaron la muerte de muchos de ellos que fueron enterrados en fosas comunes.
También explica que “la presencia de los restos arqueológicos en el lugar han convertido a Valongo en un hito simbólico para los movimientos sociales que promueven la igualdad racial”.
Brasil ha sido el mayor importador de esclavos africanos y uno de los últimos países en abolir oficialmente la esclavitud, en 1888. Según el índice mundial de esclavitud de 2016 de la Fundación Walk Free con sede en Australia, actualmente hay unos 161 esclavos en Brasil, país que a pesar de haber abolido oficialmente la esclavitud hace 130 años reconoció en 1995 el uso de mano de obra esclava en su economía.
A pesar de ello, ila primera economía latinoamericana ha sido elogiada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por avanzar en la lucha contra la esclavitud en el último decenio debido a la creación de unidades móviles de inspectores, fiscales y policías para luchar contra la mano de obra esclava y la elaboración de una “lista sucia” de empresarios investigados por la utilización de cautivos.